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Otros personajes de cómic
blueberry - ¿el mejor western de todos los tiempos?
“Para mí Gir es un fenómeno. ¡Yo le llamo cariñosamente el Rimbaud de los cómics!"
(Joseph Gillain - Jijé )
Hablar de cómics y no mentar Blueberry es pecado. Y es que estamos hablando del que posiblemente sea el mejor western jamás realizado en el mundo del cómic. La serie nace de la mano del guionista (y también dibujante) Jean-Michel Charlier, que aporta unos soberbios guiones, y de Jean Giraud, encargado de las ilustraciones con un impresionante dibujo realista que irá evolucionando continuamente desde el nacimiento de la serie, cuando era prácticamente un debutante, hasta su apogeo, ya consagrado como maestro del género. Pero antes de meternos en harina, hagamos una pequeña introducción sobre los autores.
Jean-Michel Charlier nació en Lieja en 1924, donde cursó estudios de derecho durante cinco años, profesión que nunca llegó a ejercer: poco tiempo después de terminar sus estudios, en 1945, se produjo un punto de inflexión en su vida profesional y decidió dedicarse a la ilustración, contraviniendo las presiones familiares. Accedió al mundillo gracias a un amigo de Lieja, Georges Troisfontaines, que buscaba por aquel entonces un ilustrador para las páginas sobre modelismo que el propio Georges escribía para el semanario Spirou, de la agencia World Press. La habilidad de Charlier con el dibujo no era un capricho. En realidad, el después guionista ya había ganado un concurso de cómics contando tan solo con seis años, viendo su cómic publicado a tan temprana edad.
Fotografía de un joven Jean Michel-Charlier, con dieciséis años (h. 1940)
En 1946 colabora con el artista Victor Hubinon creando un cómic de cuatro páginas (L'Agonie du Bismarck), publicado por episodios en la revista Spirou. Además del guion, Charlier también realizaba las ilustraciones de barcos y aviones. La agencia World Press sigue creciendo y contrata más artistas, abriendo incluso una sucursal en París, donde recalarán, entre otros muchos, los mismísimos Goscinny y Uderzo. De hecho, es el propio Charlier quien entrevista y recluta a Goscinny para dicha nueva sucursal francesa, donde decide trasladarse él mismo, abandonando su Bélgica natal. En 1947, Charlier sigue colaborando junto a Hubinon comenzando una larga y fructuosa etapa de la serie Buck Danny, de marcado estilo realista y múltiples giros de guion. Se va fraguando así el talento que explotará quince años después en la serie que nos ocupa. Hay que recordar aquí que Charlier se gastó todos sus ahorros para poder financiarse el carnet de piloto, junto a Hubinon. Se arruinan, pero terminan convirtiéndose en pilotos profesionales, llegando a comprar un avión británico, de los utilizados en la Segunda Guerra Mundial, con el que hicieron acrobacias aéreas, pasearon anuncios publicitarios y repartieron periódicos con paracaídas.
Izda: Segunda plancha de L'Agonie du Bismark (Spirou nº 440, 19/IX/1946) /
Dcha: Charlier junto al avión con el que aprobó su licencia piloto
Poco a poco, Charlier irá abandonando el mundo de la ilustración para dedicarse de forma plena a los guiones, siguiendo el consejo que le dio el veterano Jijé, entonces dibujante de la revista Spirou. Charlier se ve incluso obligado a tener que colaborar con otros proyectos ajenos a la agencia para conseguir el dinero suficiente para poder mantenerse, trabajando como piloto comercial durante un tiempo para la aerolínea Sabena. También realizó otros proyectos como Tiger Joe, de nuevo con Hubinon, para la La libre Junior, un suplemento de cómics semanal que acompañaba el diario belga La libre Belgique (1950). En la agencia siguió entregando guiones para la revista Spirou, colaborando con Eddy Paape en Valhardi y con Albert Uderzo en Belloy (1955), La Patrulla de los castores, Marc Dacier y muchas de las Histoires vraies de l'oncle Paul.
Izda: Primera página de Tiger Joe (Hubinon & Charlier, La Libre Junior, 1950)
Dcha: Belloy - Chevalier sans armure (Uderzo & Charlier, h.1955)
En 1956 se produce otro giro en la vida profesional del autor, y de otros compañeros (Goscinny, Uderzo, Hubinon, Sempé...): incapaces de ser dueños de sus propias creaciones, de las que no tienen los derechos, deciden firmar una carta dirigida al sindicato de autores. lo que termina con el despido de Goscinny. Solidarizándose con este, tras su marcha, Uderzo, Charlier y Hubinon deciden abandonar igualmente la World Press y crear por su cuenta una nueva agencia. Nacía así Édifrance/ÉdiPresse. Los autores se convertían en los dueños de su propio destino, sin depender de nadie. Será esta una etapa dura en la que empezaron por comprar la revista Pistolin (creada en 1955). En paralelo, Charlier trabaja en esa época (1958-59) en una novela del género wertern serializada en el semanario belga Tintin, Tempestad en el Oeste, acompañada de ilustraciones de René Follet.
Páginas primera y última de Tempestad en el Oeste (revista Tintín, 1958-59)
Posteriormente crearán la exitosa revista Pilote (1959), cuyo primer número llegó a vender la nada desdeñable cifra de 300 000 números. En 1963, Charlier se convierte, junto a Goscinny, en el redactor jefe de esta revista, guionizando además dos series de éxito: Barbarroja (con Hubinon) y Tanguy y Laverdure (con Uderzo). La revista estuvo a punto de irse a la quiebra en 1960, incapaz de mantenerse a flote sin la financiación y los pagos de los socios y patrocinadores. Gracias a la ayuda del empresario Georges Dargaud, la revista consigue sobrevivir, aunque Charlier, Uderzo y Goscinny se ven obligados a vender sus respectivas participaciones de la revista al gigante editorial para salvarla.
Izda: Historieta de Tiger Joe (Portada revista Pistolin, Hubinon/Charlier, 15/IX/1956)
Dcha: Portada Revista Pilote nº 1 (29/X/1959)
En 1963, inspirado tras una visita a EE.UU, donde tuvo la posibilidad de conocer el lejano oeste, Charlier decide crear un western para Pilote. Por aquel entonces Jijé ya dibujaba otro western que gozaba de mucho éxito: Jerry Spring. Se publicaba en la revista Spirou, con guiones de Philippe Gillain, con quien no pudieron contar aún. Sin embargo, Jijé propondrá precisamente a la joven promesa Jean Giraud (1938), ilustrador comercial por aquel entonces, para hacerse cargo de las ilustraciones de esa nueva serie. Y así fue así como surgió Fort Navajo, que con el tiempo se convertirá en la serie El Teniente Blueberry, adoptando el nombre de su protagonista.
Plancha original de la serie Jerry Spring realizada por Jijé
Giraud había tenido la suerte de colaborar previamente con Jijé en Jerry Spring (1961), por lo que venía con los deberes hechos. Contaba en aquel entonces con solo veinticuatro años. Autodidacta y apasionado por los cómics y por la ilustración, en especial por el western, Giraud se había matriculado casi una década antes en estudios de Artes Aplicadas (École nationale supérieure des arts appliqués et des métiers d'art de París), con tan solo dieciséis años. Allí conoce a Pat Mallet y a Jean-Claude Méziéres, con quien entabla amistad. Durante su segundo año de estudios consigue ver publicada su primera historieta: el western Les Aventures de Franck et Jeremy. Apareció seriada entre los números 10 y 17 de la revista mensual Far-West en julio de 1956, cuando el dibujante contaba con dieciocho años. A partir de entonces decide consagrarse en cuerpo y alma al mundo del cómic, colaborando con revistas como Ames Vaillantes, Fripounet et Marisette, Sitting-Bull o Coeurs vaillants. Precisamente fue su amigo Mézières, quien le presentó a la redacción de esta última (Coeurs Vaillants, de la editorial Bonne Press).
Izda: Giraud (izda.) junto a Mézières (dcha.) y Stalport (centro), compañeros de estudios en Artes Aplicadas,
terminaron incorporándose al equipo de dibujantes de Equipo Hachette (1962)
Dcha: Un joven Giraud en la época en la que entintaba el Jerry Spring de Jijé (1961)
En aquella época su madre se casó con un mejicano y se marcharon al país azteca, sin posibilidad de poder matricularse en el tercer curso de Artes Aplicadas. En Méjico Giraud permanece durante ocho meses que serán un torrente cultural apasionante para él, descubriendo el jazz moderno, la música bebop, la pintura... además de otras experiencias inolvidables como la marihuana y el sexo, tal como explica el propio autor. Después regresa a Francia para realizar el servicio militar, aunque antes peregrinará junto a Mallet y Mézières a casa de Jijé (Joseph Gillain) en Champrosay (Esonne). Este, al ver los trabajos que Giraud le muestra, descubre su enorme potencial y decide invitarle a su estudio, pero entonces debe iniciar el servicio militar, que le llevará a Alemania y a Argelia durante veintisiete meses, trabajando como recepcionista y vigilante de almacenes. A su regreso, y tras realizar unos trabajos para la revista satírica Hara-Kiri, se reencuentra con Jijé en Champrosay, aprendiendo del maestro durante muchas tardes, colaborando con las historietas de Jerry Spring, como comentamos. Es entonces cuando Charlier contacta con Joseph Gillain para ofrecerle su proyecto de western. El resto, hasta el nacimiento de la serie es historia conocida.
Izda: Portada de Giraud para la revista Ames Aillantes (17/XI/1957)
Dcha: Portada de Giraud para la revista Coeurs Vaillants nº 52 (29/XII/1957)
En este arranque de la serie, Mike Blueberry es solo un personaje más entre otros muchos soldados, atrincherados en un fuerte en Arizona, en un duro enfrentamiento contra los indios Apaches, liderados por Cochise, pero con el tiempo el personaje irá tomando más protagonismo, lo que motivará al mencionado cambio del título de la serie. Al dar vida al personaje, los autores se inspiran claramente en el actor francés Jean-Paul Belmondo, lejos del prototipo de actor norteamericano que habían imitado otros westerns como Jerry Spring o Buck Danny. Blueberry parece ser la antítesis del canon de belleza propio del "american-idol". Es una suerte de anti-héroe, quizá el primero en el cómic francés (bueno, más bien el segundo, si tenemos en cuenta que Iznogud nació unos meses antes en la misma revista).
Blueberry pronto se erigirá como un valiente abogado de los indefensos y de las causas perdidas, apátrida, pendenciero, mujeriego, apasionado del póquer, del alcohol y del dinero, a la par que generoso, y no exento de romanticismo. Su verdadero nombre es, en realidad, Mike Donovan. Hijo de un hacendado sudista en Georgia, es acusado de haber asesinado al padre de su novia, Harriet Tucker. Perseguido por el propio asesino, consigue cruzar la frontera gracias a la ayuda de un esclavo fugado en el momento en el que empezaba la Guerra de Secesión, en 1861. Adopta entonces el pseudónimo de Mike S. Blueberry y se alista en el ejército nordista, en el regimiento de caballería, donde ocupa el puesto de corneta, llegando, con el tiempo, a ejercer el cargo de Teniente. Todo esto convierte la serie en un western bastante partícular, poco común, atípico, en definitiva, y del que Charlier se vale para denunciar el "rodillo" del hombre blanco para con el pueblo indio. Esta ruptura con el cómic tradicional, ultraconservador y estereotipado, propio de otras muchas series, atrajo a un público nuevo que se sentía más representado por los valores de Blueberry. Un pseudónimo, por cierto, con nombre de fruta (arándano), que parece endulzar el aspecto de boxeador con nariz rota del protagonista, buscando el equilibrio. Según el propio dibujante, el nombre se inspira en un artículo de la revista National Geographic Magazine relacionado con arándanos que Giraud tenía sobre su escritorio.
La serie tuvo un éxito indiscutible tras su primera publicación en el nº 210 de Pilote (21/X/1963). Dotada de un gran dibujo realista, aún sin madurar, y muy lejos aún de las cotas a las que nos llevará después, Fort Navajo abre un arco argumental que se desarrollará a lo largo de las siguientes cuatro historias: Tormenta en el Oeste (1966), Águila Solitaria (1967), El Jinete Perdido (1968) y La Pista de los Navajos (1969). Jijé llegó a colaborar parcialmente en las tres primeras, cubriendo la ausencia de Giraud durante su marcha a EE.UU, en el primer y segundo caso, y sus retrasos con las entregas, en el tercero (páginas 17 a 30?). Quizá fue esta la última lección del maestro a su alumno. Un total de cinco aventuras largas que Giraud se despachó en dos años y medio (entre octubre de 1963 y marzo de 1966). Un tiempo récord, especialmente para un novato en la disciplina como era él.
Izda: Primera página publicada de Fort Navajo (1961)
Dcha: Primera página de la edición especial de abril de Pilote (26/III/1964)
Giraud y Charlier, en el estudio del dibujante, durante una sesión en 1974,
durante un reportaje para la televisión
Giraud continúa con su evolución, con unas ilustraciones sombreadas más marcadas, cayendo cada vez más en el detallismo, a base de sombras y puntos. Pura artesanía. Cual crisálida, empieza a transformarse en Moebius, y esta metamorfosis se prolongará a lo largo de los siguientes cinco álbumes, saliendo del capullo, ya como Moebius, en el álbum Angel Face. Las viñetas se llenan, además, de guiños y de numerosas referencias cinematográficas (cazarrecompensas, vendedores de fármacos milagrosos, emboscadas, persecuciones a caballo, disparos...). Incluso la atmósfera sucia o el descuidado aspecto de Blueberry en Chihuahua Pearl, parece un homenaje a los spaguetti westerns de la época. Giraud juega también con el color, que altera en función de los escenarios: ocres, violetas, azules o naranjas. Los guiones de Charlier son también de un corte cada vez más peliculero en esta etapa, continuando un poco con el estilo de los éxitosos álbumes previos. El guionista introduce a un personaje que resultará clave para la serie: Chihuahua Pearl, que dará nombre al primer álbum. Se trata de una mujer de armas tomar, una mujer fatal, con la que Blueberry se cruza, casi al final del álbum, en La casa roja, un teatro con espectáculos en vivo en la ciudad mejicana de Chihuahua. Comparte con Blueberry ciertos rasgos de su personalidad, como la cabezonería, la inteligencia, la energía y la habilidad con el revólver. Su belleza hipnotiza a todos los hombres durante el espectáculo, incluido Blueberry, produciendose esa misma noche el crucial encuentro entre este y "El cuchillo", pseudónimo con el que firma la diva en el mensaje escrito en un billete de cien pesos que esta le hace llegar. La portada del álbum, por cierto, que presentaba al personaje, se inspiró en un anuncio de una conocida empresa de dentífricos.
La cubierta de Chihuahua Pearl se inspira en el rostro femenino de un anuncio de dentífricos francés
Charlier vive tiempos difíciles con la editorial Dargaud, de la que se va distanciando progresivamente en el momento en el que se publica el primero de los dos álbumes. La tensa situación tuvo un desenlace fatal, que supuso la dimisión del escritor para pasar a trabajar para la televisión francesa, hasta 1976, instalándose en EE UU junto con su esposa, contratada igualmente como script y documentalista. Posteriormente volverá a trabajar como redactor jefe, para la revista Tintin. A pesar de todo, continuará escribiendo nuevas aventuras de Blueberry, cuyos guiones manda periódicamente desde el otro lado del charco. Como dato curioso, recordaremos que Giraud tendrá que tomar puntualmente las riendas del guion, alargando aquellas escenas en las que un Blueberry disfrazado de bombero rescataba a una anciana de un edificio en llamas. El dibujante fue totalmente a ciegas, pues era inconsciente de los planes de Chalier, cuyos guiones se habían retrasado debido a una huelga con el servicio postal estadounidense. El resultado desconcierta a Charlier, al encontrar diversas incoherencias en las improvisadas viñetas elaboradas por su compañero.
Izda: Jean-Michel Charlier en el estudio de montake de los "Dossiers Negros".
Dcha: Créditos del programa "Dossiers Negros" en los que se cita Charlier
En aquel momento los autores parecían necesitar un paréntesis en sus vidas: Charlier seguía fascinado por su trabajo en su nueva etapa televisiva, y Giraud aprovechaba para explotar su talento con otras obras, firmando como Moebius. Entre esos trabajos se encuentra Mississippi River, que realiza precisamente junto a Charlier y se prepublica en la revista Métal Hurlant (nº 44-46, 1979) y posteriormente como álbum en la colección Eldorado (de la editorial Les Humanoïdes Associés). Los lectores tendrán que esperar hasta el 1 de febrero de 1979 para poder disfrutar de una nueva saga de Blueberry, que llegará precisamente en el nº 38 de la mentada revista (Métal Hurlant). En Bélgica, la aventura también se publica serializada, pero con un decalaje de dos semanas más en el primer número de la nueva revista Super As.
Izda: Cubierta de la revista belga Super As (nº 4, 6/III/1979) donde se seralizó Nariz Rota
Dcha: En el primer número de Super As se incluyeron dos páginas con un resumen de los episodios
anteriores para que los nuevos lectures pudieran entender mejor el argumento de la nueva aventura.
La trilogía se cierra con La tribu fantasma (1981), que coincide con la muerte de Jijé y con la publicación de El Incal. La aventura se publica de forma seriada entre octubre y diciembre de 1981 en la revista L'Écho des Savanes y en ella seguimos encontrando nuevos cambios gráficos: los trazos son más finos, menos recargados, los bocadillos son más pequeños, las viñetas más comedidas (y se retoman los enfoques amplios)... Las planchas alcanzan, por primera vez, el medio metro de anchura, lo que permite a Giraud recrearse incorporando un gran número de detalles en cada página, aunque no cae en el abuso. En cuanto al guion, mantiene la línea habitual de Charlier, trufado de denuncias sobre las injusticias sobre el pueblo indio, influenciado igualmente por ciertas referencias cinematográficas como Cheyenne Autumn, en la que John Ford recreaba el éxodo de unos trescientos indios de la reserva a la que habían sido deportados, en la línea del relato de Charlier.
La última carta (1983) y El final del camino (1986) son las dos siguientes aventuras que constituyen un nuevo tándem argumental, aunque podrían considerarse parte del ciclo relacionado con el crepúsculo de la nación Apache. En la primera de las aventuras, Giraud deja paso a Moebius, produciéndose un interesante maridaje entre el realismo y la línea clara. Ahorra trazos, respecto a las historietas predecesoras, y crea más espacios vacíos, en beneficio de una mayor luminosidad de las viñetas. Los personajes, más teatrales, con expresiones y actitudes más exageradas, son más "Moebius". Blueberry luce ya sus primeras canas, coincidiendo con las de Giraud (lo cual reafirma la idea de que el dibujante parece sentirse identificado con el personaje). En cuanto a Charlier, sigue jugando con los tiempos, rompiendo el ritmo a conveniencia. En esta ocasión, da un giro de 180 grados con las aventuras anteriores, desarrollando casi toda la acción en la ciudad de Chihuahua, haciéndo la lectura más hermética, acorde a la trama. Recordemos que el trío de amigos, Blueberry, Red Neck y McClure, han diso encarcelados, condenados a ser fusilados, lo que da pie a unos interesantes diálogos de complicidad entre los tres protagonistas durante su estancia en el trullo. Para esta aventura se recupera al pérfido Vigo, ejerciendo ahora el rol de gobernador y con un rostro más envejecido.
Tras la publicación de La última carta, Giraud se traslada de Tahití a Los Ángeles, y dedica cada vez más tiempo a las obras que firma como Moebius, lo que retrasa la aparición de El final del camino, que se publica tres años después. Será este el último álbum guionizado totalmente por Charlier, por lo que el título parece vaticinar el devenir de la serie. El álbum presenta otra importante particularidad: es el primero que se publica directamente en formato álbum, al haber quedado obsoleta la prepublicación seriada en revistas. Intentando dar un empujón a las ventas, se publicó tras el verano, coincidiendo con la vuelta al colegio de los jóvenes, y se publicó, además de la tirada genérica, una cuidada edicición de lujo, limitada a dos mil copias numeradas. Charlier continúa enviando a Giraud los guiones por correspondencia, dada la distancia que les separa, aunque redactados ahora de forma que el dibujante, en quien confía plenamente, pueda reinterpretarlos si fuera necesario. Por su parte, Giraud está exhausto y se siente incapaz de mantener el ritmo que imponen las editoriales, transmitiendo a Charlier esta inquietudes. Las últimas viñetas del álbum, de hecho, son entintadas por Collin Wilson, quien precisamente había sido elegido como dibujante oficial de la serie La Juventud de Blueberry iniciada por Giraud en 1968.
Primera viñeta de El final del camino, ambientada en un pueblo perdido de Utah, junto a las Rocosas (1986)
La siguiente aventura, Arizona Love (1990), no pertenece a ningún ciclo, aunque está relacionado con algunos de ellos. Aunque Charlier no llegó a terminarla, debido a las complicaciones cardíacas que, desgraciadamente, se lo llevaron de este mundo, sí llegó a completar, junto a Giraud, las primeras 20-22 páginas de la aventura. Charlier se marcha un 10 de julio de 1989, a los 64 años de edad, dejando knockeado a Giraud, que perdía a su compañero de trabajo, al guionista de la serie, y a un gran amigo. Giraud se las ingenia para completar el guion partiendo de algunas anotaciones de su compañero y de las ideas que logra recordar de sus últimas reuniones. A pesar de todo, se toma la licencia de cambiar el final pensado por Charlier, en el que Chihuahua Pearl huiría llevándose con ella todo el dinero, dejando a Blueberry solo y sin un céntimo. Giraud decide igualmente omitir cualquier tipo de crimen a lo largo del álbum, como una muestra de respeto hacia su amigo. En ese guion, Giraud intenta Imprimir dinamismo (no faltarán acción, persecuciones...) e incluso introduce la primera escena onírica de la saga. Se siente cada vez más identificado con el personaje, mezclando temas o eventos personales con la trama principal: peina canas a la vez que Blueberry, como ya comentamos, e incluso el rostro de Chihuahua Pearl es ahora más parecido al de su pareja, Isabelle Giraud.
Arizona Love abre de una forma muy cinematográfica, con la boda entre Chihuahua Pearl y Stanton, en la iglesia de Tacoma, y un Blueberry rescatando a la mujer por la que suspira de semejante destino. La escena, guionizada aún por el propio Charlier, sucede, paradójicamente, justo cien años antes de su muerte, y con el fallecido Jijé como maestro de ceremonias, caricaturizado por Giraud para la ocasión... ¿caprichos del destino?. La historia, a nivel de guion, es una transición entre el estilo de Charlier, más canónico, y el de Giraud, en la segunda mitad del álbum, más personal e íntimo, aunque respetando ciertos límites.
Arizona Love (1990) comienza con la boda entre Chihuahua Pearl y Stanton, con Jijé caricaturizado como el cura
El siguiente, y último ciclo, está compuesto por cinco aventuras largas: Mister Blueberry (1995), Sombras sobre Tombstone (1997), Gerónimo el Apache (1999), Ok Corral (2003) y Dust (2005). Esta nueva etapa se estrena con la primera aventura realizada por Giraud totalmente en solitario, y, anecdóticamente, de nuevo bajo el paraguas de Dargaud. Giraud se encuentra solo ante el abismo: tiene que satisfacer a sus legiones de fans con un listón que Charlier, todo un maestro, había dejado muy alto. El dibujante nos sorprende con un Blueberry más envejecido, vividor y jugador, sin otra preocupación que la de dejar que pase el tiempo. Deja de ser el centro de atención, clavado en su mesa de póker, y pasa desapercibido a lo largo de buena parte de la aventura, hasta regresar casi al final de la misma. Los guiones son ahora mucho más densos, lejos de aquellas viñetas tan visuales de Charlier, donde a menudo se decía lo necesario, y las planchas son más grandes (70 x 50 cms), siendo coloreadas por Florence Breton (bajo la supervisión del propio dibujante). Se introducen también nuevos personajes, como el periodista novato John Meredith Campbell, que pretende conocer a fondo la vida de Blueberry para publicarla y convertir al personaje en toda una leyenda del Oeste. El álbum tuvo una buena acogida, a pesar de que su protagonista era muy diferente al que los lectores habían conocido hasta entonces, lo que dio cierta confianza al autor para encarar el siguiente álbum. Con un cliffhanger como el que tiene el final de la aventura, volviendo a dejar la vida de su protagonista totalmente en el aire, Giraud se aseguraba parte del éxito del siguiente álbum.
Mister Blueberry (1995) - Primera viñeta con la que abre la aventura, con un marcado estilo "Moebius"
En Sombras sobre Tombstone, Blueberry coincide con los hermanos Earp y Doc Hollyday en un momento histórico clave: el tiroteo en O.K. Corral (inmortalizado por John Sturges en el film Duelo de titanes) que enfrentó a forajidos y funcionarios en un corral de ganado, en el pueblo de Tombstone (Arizona), en 1881. Ubicando a Blueberry junto a los célebres forajidos, en semejante episodio histórico, Giraud no hace otra cosa que seguir alimentando la leyenda del personaje, cuya epopeya sigue siendo recolectada por el joven periodista Campbell durante los días en los que Blueberry, resucitado, aún se encuentraba convaleciente. Giraud utiliza este paréntesis para contarnos una historia dentro de la historia: el encuentro de Blueberry con Gerónimo. Sombras sobre Tombstone bebe de películas como Tombstone (George Pan Cosmatos, 1993), con Val Kilmer y Kurt Russell como protagonistas, o Sin perdón (Clint Eastwood, 1992).
A modo de flash-back, desde su cama, Blueberry describe a Campbell su encuentro con Gerónimo en la aventura del mismo título. La sincronicidad tiene lugar casi al final de la aventura, en Fort Mescalero, una auténtica ratonera donde el líder apache se encuentra cautivo. La historia cierra el círculo de la obra, al regresar de nuevo a Fort Navajo, la casilla de salida de la serie. Mientras, en el tiempo presente, se va preparando el caldo de cultivo de lo que vendrá después: el duelo en OK Corral, donde la cuadrilla integrada por los hermanos Earp, junto a Doc Holliday se enfrentan a los hermanos Clanton. Giraud se supera aquí como autor completo, sin llegar a los niveles de Charlier como guionista. Blueberry, además, vuelve a tomar las riendas de la aventura, abandonando el segundo plano al que nos tenía acostumbrados en episodios anteriores. Con un nivel gráfico impresionante, el álbum preparará el terreno para cerrar el ciclo dedicado a Mister Blueberry en Dust, considerado el canto del cisne de la colección. En un voluminoso álbum de 68 páginas (muy por encima de las 48 habituales), Giraud llega al clímax a nivel gráfico, y además consigue tocar la tecla adecuada como guionista, desplegando varias tramas paralelas y bien construidas. El álbum cierra por fin el ciclo de las guerras indias y sirve como un broche perfecto para la colección. Un final del que Charlier, dicho sea de paso, estaría orgulloso.
La última aventura de la serie es Apaches que, paradójicamente, es la primera a nivel cronológico, ya que se ubica temporalmente en el momento en el que ha terminado la guerra civil norteamericana (1865) y Blueberry va de camino a Fort Mescalero. Giraud recicla buena parte de los dibujos a tinta realizados en álbumes precedentes (Míster Blueberry, Sombras sobre Tombstone, Gerónimo el Apache y OK Corral) para narrar, en un único álbum, cómo empezo todo. Sin aportar mucho más, al tratarse de páginas ya conocidas por el lector en su mayoría, Giraud nos presenta una precuela, el episodio cero de la serie, contado por fin de forma íntegra y cronológica. En ella se nos presenta a un Blueberry errante y desengañado, tras sus vivencias en la Guerra Civil Norteamericana, que termina topándose con el pueblo apache, liderado por Gerónimo, ya en tiempos de paz. Nada nuevo, en realidad.
Tras este repaso a la serie, no cabe duda de la trascendencia que esta ha tenido esta en la historia del cómic europeo. Transgresora, vanguardista, a contracorriente, sublime, redonda, apoteósica... Me sobran los calificativos para definirla. A lo largo de más de cuatro décadas, la serie no ha dejado de evolucionar, de reinventarse a sí misma, siempre dando una vuelta de tuerca más a todos los niveles: dibujo, guion, color... ¿qué más se puede pedir?