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año 66 de la era ibañez

johan & pirluit - la obra más personal de peyo

"Le debo mucho a Franquin, ya que él mismo fue a enseñarle
mis dibujos a Charles, Dupuis, responsable de Spirou.
Unos días más tarde, ¡me habían contratado!"
Peyo

 

  Johan y Pirluit es una de las series por excelencia del cómic franco-belga, todo un icono del noveno arte, y a la vez la obra más personal de su creador, Peyo. La serie, además, fue el crisol en el que se forjaron los Pitufos, una serie que gozaría de un éxito mucho mayor, a escala  planetaria, pero es otra historia que también merecerá ser contada. Hablemos ahora de Johan y Pirluit, pero empecemos por el principio, hablemos primero de los avatares de la vida de su creador hasta que se convierte en dibujante de cómics y consigue ver publicada esta serie.



Fotografías de Pierre Culliford (Peyo)

  Peyo era hijo de padre inglés y de madre valona. Nació en Schaerbeek, al nordeste de la región de Bruselas-Capital, un 25 de junio de 1928, año en el que, curiosamente, se proyectaban ya las primeras animaciones de Walt Disney.


Peyo, en sus primeros meses de vida

  Su abuelo paterno, Jean Richard Henri Culliford, era empleado en una sociedad inglesa de marina mercante que tenía despachos en Bruselas. Uno de sus hijos, Richard Jean Maurice Culliford se nacionalizó belga y se casó con Margueritte Marie Kulinckx, de cuyo matrimonio nacieron tres hijos: Walter, Lucienne, y el pequeño Pierre (bueno, Pierrot, cariñosamente, al ser el benjamín). Precisamente la incapacidad de un primo suyo para pronunciar correctamente las erres de Pierrot (Pe-yot) le serviría para definir su propio pseudónimo tiempo después.
 


Árbol genealógico de la familia de Pierre Culliford (Peyo)


Familia de Pierre Culliford (Peyo - Círculo rojo)


Foto de Peyo (h. 1937-38)

   La familia se instaló en una casa amplia, compartida no con una, sino con las dos familias de abuelos (paterna y materna). El padre de Peyo trabajaba en la bolsa, y su madre era ama de casa, aunque había participado en obras de teatro durante la Primera Guerra Mundial, antes de que naciera Pierre. Eran una familia muy unida, con muchos amigos y vecinos. Cada Domingo, la familia se reunía para tomar el té (junto a abuelos y primos). Peyo solía participar junto a sus primos en pequeñas obritas de teatro, a menudo medievales. Peyo disfrutaba mucho y llegó a decir que, de no haberse dedicado a la ilustración, habría sido actor.


Más fotos de Peyo de niño (a la izquierda de nuevo junto a su madre y sus hermanos)


Peyo junto a su padre (Richard,) su madre (Marguerite) y sus hermanos (Walter y Lucienne)

  En Bruselas Peyo inicia sus estudios, en el prestigioso colegio Saint-Michel, propio de familias acomodadas. Y fue precisamente en los huecos en blanco de sus libros de texto donde hizo sus primeros "pinitos", durante sus ratos de aburrimiento, algo que le granjeó más de una bronca materna. Daba ya muestras de un talento precoz, aunque no fue valorado en su momento por su propio profesor de dibujo, quien le aseguró que nunca llegaría a nada como dibujante. Su madre decía de él que era un niño muy dulce, pero también muy travieso, siempre intentando encarmarse a cualquier sitio, llegando a colgarse de los árboles utilizando solo sus pies. Pero Peyo no empieza su vida con muy bien pie. En 1935, su padre, Richard, fallece con solo 39 años, tras sufrir una misteriosa enfermedad que le había ido paralizando durante años. Peyo tenía solo siete años cuando se quedó huérfano.


Izda: Uno de los primeros bocetos de Peyo
Abajo: Bocetos y dibujos del cuaderno de dibujo de un Peyo aún adolescente

   Tuvo que espabilarse a marchas forzadas. Buscó el consuelo en la música, la ilustración y en los Boy Scouts. Sus compañeros scouts le apodaron con el pseudónimo de Carnero humorista. Recordemos que, en la jerga scout, cada miembro se identifica con un nombre compuesto por un animal, seguido de un adjetivo que define a la persona. En aquella época devoraba muchos cómics y libros. Tenía todo lo que se publicaba de Hergé, que releía hasta el punto de aprendérselo de memoria (Los cigarros del faraón y El loto azul le marcaron especialmente). También leía mucho cómic francés (Les Pieds Nickeles, Bibi, Fricotin, Zig et Puce, Becassin...) y otros foráneos, previos a la guerra, como Hurrah!, Mickey, Robinson, el Príncipe Valiente de Foster... En cuanto a libros, leía a Daudet (Lettres de Mon MoulinLa chèvre de M. Seguin...) así como las novelas de Jerôme K. Jerôme y Walter Scott. Tenía una forma muy particular de leer: tumbado boca abajo sobre la cama, asomando la cabeza fuera de esta, con el libro en el suelo. Su familia le advertía siempre de que, si seguía leyendo así, se le subiría la sangre a la cabeza.


Izda: Peyo, de niño, en los bosques de Soignes (1942)

  Cuando tenía doce años se produjo la llegada de los nazis a Bélgica. La familia se había empobrecido tanto tras la muerte de su padre, que Peyo tuvo que ponerse a trabajar. Su primer trabajo, ya con quince años, fue como asistente de proyección de películas en el pequeño cine "Le Mirano", un cine de un barrio de Bruselas. Fue un trabajo duro e ingrato, donde había de transportar pesadas bobinas e incluso pegar aquellas que se rompían. Allí se proyectaban películas medievales, de fantasía y de ciencia ficción, pero tras la ocupación, se prohibe la proyección de películas norteamericanas y el cine proyecta sobretodo propaganda nazi. Peyo siempre recordará con cariño algunos films que le marcaron como Los visitantes de la noche (de Marcel Carné) o Las aventuras del barón Münchhausen (de Josef von Báky). Las películas medievales, como Robin Hood, le fascinaban especialmente, lo que explica que algunas de sus primeras tiras como historietista, en la que nos centraremos en este artículo especialmente, fueran precisamente de un paje medieval. El padre de Peyo, por cierto, también había sido un amante del cine. De hecho, tenían una Pathé Baby con la que podían proyectar cortos de cine mudo en casa.


Fotograma de la película Las aventuras del barón Munchhausen
(Josef von Báky 1942)

  Peyo también trabajó en aquellos años como ayudante de dentista, aunque, afortunadamente, no echó raíces allí. Después trabajó para la CBA (Compagnie Belge d'Actualités), un negocio en manos del periodista Paul Nagant, que había empezado en Lieja a hacer tiras de noticias proyectadas en cine. Durante la ocupación nazi se censuraron los noticiarios, así que Nagant se pasó a la animación. Contrató entonces a un grupo de estudiantes veinteañeros en la escuela de Bellas Artes, como Eddy Paape, Jacques Eggermont o Georges Salmon. A Peyo, con solo diecisiete años, le contratan como colorista, y colabora con dos astros de la historieta como Franquin y Morris. En esta época participa en un proyecto de animación titulado Le cadeau à la fée (El regalo para el hada), cuyas criaturas, con calzones y sombreros de flores, bien podrían considerarse una fuente de inspiración para Los Pitufos. El film, sin embargo, no llegó a terminarse debido al cierre de los estudios CBA, lastrados por la eclosión de los films norteamericanos, que llegaban de nuevo, tras el fin de la guerra, después de cinco años de censura.


Dibujo enviado por Peyo a CBA (1944-45)


Croquis para el film Le cadeau à la Fée (1945)


Croquis para el film Le cadeau à la Fée (1945)


Croquis para el film Le cadeau à la Fée (1945)



Primeros bocetos para Los Pitufos (Peyo, 1958)


Peyo (dcha.), en el estudio de CBA (h. 1945)

   Sus colegas de profesión van incorporándose a Dupuis, y Peyo se queda sin empleo, ya que su talento como dibujante es aún muy limitado. Decide entonces pasarse también a los cómics, y para ello, se matricula en la escuela de Bellas Artes, aunque abandona los estudios tras tres meses, al no estar convencido de la formación que recibe, más interesado en el dibujo humorístico. Se había librado, además, del servicio militar, al haber enviudado su madre y tener la familia dificultades económicas.


Primera tira de Peyo, inspirada en ideas de su líder
Scout. Tras cuatro tiras, Peyo aún no ha presentado al
protagonista, Claudius Musius Catón. (Peyo, h. 1945)

  Por aquel entonces, hacia finales de 1946, Peyo conoce a Janine Devroye, que canta en el mismo coro que él. Para conquistarla necesitaba un trabajo estable, así que empieza a trabajar en una agencia de publicidad.


Peyo, de perfil, en la agencia de publicidad Colin (Bruselas, Septiembre de 1946)

  Pero Peyo aún sigue soñando con convertirse en dibujante de cómics, así que escribe una carta a la recién estrenada revista juvenil Tintin. Sin embargo, Hergé, su ídolo de la infancia, frustra sus esperanzas. Su veredicto fue algo así como: "Tendrás que trabajar mucho más duro si quieres tener éxito en este negocio". No era ningún misterio: la calidad gráfica de Peyo por aquel entonces aún estaba muy verde.
 


Página enviada por Peyo a la redacción de la revista belga Tintin.
La crítica de Hergé fue demoledora (h. 1946)

  Mientras, Peyo sigue bombardeando los periódicos con nuevas ideas y propuestas, logrando al fin que le publiquen algo en Riquet y en Le Petit Monde. Riquet era un suplemento para niños que se incluía en periódico L'Occident. El debut de Peyo se produce en abril de 1946. Para dicho suplemento creó dos personajes: Pied-Tendre (el indio americano Pie Tierno), y Puce (un Boy Scout), publicada después. Este último personaje también se reeditó posteriormente en la revista de Boy Scouts Mowgli en 1948.


Viñeta de una de las páginas de la serie Pied-Tendre ( Peyo, 1946)


Puce se publicó en el diario Piquet. Peyo recuerda, con nostalgia,
su etapa como Boy Scout (Peyo, h. 1946)


Blue-City (Peyo, h. 1946) Imagen extraída del
primer integral de la serie publicado por Dolmen (2014)

  Peyo seguiría trabajando para la revista sucesora de Mowgli, Seeonee, para la que creará el personaje Petit François en 1950. Al margen de estas colaboraciones puntuales, su primera historia serializada fue Une Enquête de l'Inspecteur Pik (Una investigación del inspector Pik), que apareció en el mencionado Le Petit Monde, una revista infantil de los almacenes bruselenses Au Bon Marché. El nivel gráfico de esta serie bebía de su admirado Hergé y de los cómics norteamericanos, con un tipo bajito, con pipa, sombrero, gafas y bigote. La serie quedó inconclusa en plena trama, ya que la revista fue efímera y cerró tras 59 semanas (desde marzo de 1946 hasta diciembre de 1947).


Les histoires de mon grand-père (Las historias de mi abuelo, Peyo, h. 1946)

  Pero donde la carrera de Peyo despega de verdad es cuando empieza a trabajar para el periódico La Dernière Heure. Para dicho periódico decide dibujar una serie con la temática que siempre le había fascinado: las historietas de temática medieval. Fue el 11 de abril de 1946 cuando por fin le publican su primera tira en el mencionado diario belga, en la sección infantil/juvenil "Pour la Jeunesse". Peyo tenía por aquel entonces diecisiete años. Después le publicarían otras dos tiras más. Llevó por título Johan, y sería el embrión de la serie que nos ocupa, a pesar de que el aspecto de su protagonista era aún muy primitivo y diferente al definitivo (rubio y con melena con caracoles). Las dos primeras tiras llevaron chistes mudos de solo cuatro viñetas. En la tercera tira Peyo introdujo por fin bocadillos para los diálogos e introdujo por primera vez al Señor de Hauvon, a cuyo servicio trabaja Johan.



Primera tira de Johan (La Dernière Heure, Peyo, 11/IV/1946)


Segunda tira de Les aventures de Johan -  (La Dernière Heure, Peyo, 1/VIII/1946)


Tercera tira de Johan (La Dernière Heure, Peyo, 12/IX/1946)
Incorpora los primeros bocadillos
 
  Posteriormente, ya en 1947, Johan protagoniza dos aventuras en formato seriado (con "continuará..."), y en un formato más amplio. Se publicaron en la misma sección del diario ("Pour la Jeunesse"). En la primera de las aventuras, publicada el 16 de enero de ese mismo año, el paje salvaba el castillo del señor de Hauvon de la invasión de tropas enemigas. La historia constó de once tiras que se publicaron hasta el 13 de marzo de ese mismo año. El personaje representaba el ideal caballeresco, con la honestidad y la astucia como valores más representativos.
 

Primeras dos tiras de la primera aventura serializada de Une aventure de Johan
(La Dernière Heure, Peyo, 16/I/1947 y 23/I/1947)
 
  La segunda aventura, también publicada ese mismo año, constó solo de ocho tiras, y en ella Johan habrá de rescatar a la princesa Isabelle. La aventura llevó el título de Johan, como reza el anuncio previo a su publicación, bajo estas líneas. En las dos primeras tiras de dicha historia también aparece ese cabecera ("Une nouvelle aventure de... Johan"). Sería esta la última colaboración de Peyo con el diario La Dernière Heure. La historia, servirá de germen de la nueva etapa que vendría después, en el diario Le Soir.


Primeras dos tiras de la segunda aventura serializada de Une aventure de Johan
(La Dernière Heure, Peyo, 16/I/1947 y 23/I/1947)
 
  Al año siguiente, en 1948, lo intenta con la piratería, experimentando con algunas páginas (Captaine Coky), cuyas planchas llegó a redibujar hasta en tres o cuatro pero estas no llegaron a publicarse. Es posible que Peyo conociese (o quizá no) que el apellildo Culliford, inglés, estaba relacionado con la piratería, ya que hay registros de un tal Robert Culliford, corsario, que tuvo problemas con la justicia inglesa (en 1699 recibió el indulto del rey Guilermo III de Inglaterra).


Un par de piratas dibujados por Peyo para la serie Captain Coky
(Peyo, h. 1948)


Página inédita de Captain Coky  (Peyo, 1948)
 
   El 22 de enero de 1949 da el salto al periódico Le Soir, donde le publicaron, entre otras, algunas tiras del gatito Poussy. El pequeño éxito de la serie le permite obtener en 1951 más espacio en el rotativo para colocar sus planchas. Decide entonces retomar el personaje de Johan, ahora bajo el título de Johan, le Petit Page (Johan, el Pequeño Paje).  En aquellos años, hacia 1950, Peyo se promete finalmente con Janine (Nine), con la que se casa un año después.
 

 Poussy (Le Soir, Peyo, 9/III/1949)


Gags de Peyo publicados en prensa


Gag de Peyo publicado en prensa

 Lo hace en una página infantil-juvenil semanal, utilizando de nuevo el formato seriado. La historieta se publica entre el 27 de enero y el 31 de marzo de 1951 (dos tiras por semana, totalizando 20 tiras de cuatro viñetas). El personaje aparece ya sin los bucles de la melena, aunque aún rubio. Esta primera historia recicla el argumento de una de las historias publicada previamente en La Dernière Heure, narrando de nuevo el rescate de la princesa Isabelle, capturada por un vasallo. Johan aparece ahora como el paje prefilecto del rey. Pueden apreciarse incluso ciertos paralelismos gráficos entre las primeras viñetas de esta nueva historia y la realizada en la etapa de La Dernièr Heure. El estulo gráfico también ha mejorado, y recuerda ahora a una historieta semirealista.
 

Anuncio de la serie Johan (Le Soir, Peyo, 1951)
Publicada una semana antes de la publicación de la nueva aventura
 

 Johan le Petit Page (Le Soir, Peyo, 27/I/1951) - Primeras dos tiras de la primera aventura
 
  La segunda historia, L'attaque du château (El ataque al castillo) se publica entre el 12 de enero y el 12 de abril de 1952. Utiliza el argumento del complot nocturno para tomar el castillo. Se notaba, en ambos casos, una notable mejoría en el estilo del dibujo y en el ritmo del relato. Se publica a lo largo de 28 tiras de cuatro viñetas, también a razón de dos tiras semanales Se publican y reeditan historietas de Johan en Le Soir hasta ese mismo año de 1952.
 

 Johan le Petit Page (Le Soir, Peyo, 12/I/1952) - Primeras dos tiras de la segunda aventura

  Una mañana, Peyo se cruza por casualidad con André Franquin paseando por la capital belga. Habían transcurrido ya cinco años desde su etapa juntos en CBA y tenían muchas anécdotas que contarse. Franquin había viajado a norteamérica junto a Guillain (Jijé) y Maurice de Bevere (que ahora era "Morris" y vivía en Connecticut). El periplo de los artistas fue llevado al cómic en el álbum.Gringos Locos, de Schwartz y Ÿann) Ahora todos ellos trabajaban para Spirou. junto a Eddy Paape. Morris enviaba sus páginas de Lucky Luke desde América. Peyo le confiesa a Franquin que envia cada semana varias tiras de cómic a la redacción de Spirou, pero sus trabajos siempre eran rechazados. Franquin media emonces con el editor, Charles Dupuis, convenciéndole para que contrate a Peyo. Y así, en septiembre de 1952, este pasa a trabajar en Spirou, donde finalmente se publica su serie estrella. Franquin siempre había admirado la capacidad narrativa de Peyo, que había evolucionado con los años. Comentaba: "Colgad alguna de sus planchas y separaos cinco metros. Aún sin leer los bocadillos uno puede saber perfectamente qué es lo que sucede en la acción. ¡Tiene un don!".


Foto muy posterior (1970), pero con Peyo, Morris y Franquin juntos
(además de Uderzo, Goscinny y Roba)


Morris, Peyo  y Franquin




Primeros trabajos de Peyo para Spirou

  Peyo empieza a trabajar entonces con el personaje de Johan a partir del 11 de septiembre de 1952. El cabello de Johan pasa de rubio a moreno y es algo más corto. El autor se enfrenta al reto de realizar ahora una historieta larga de 44 páginas. Afortunadamente, cuenta con la ayuda de su inestimable amigo Franquin, que le aporta comentarios y mejoras relativas a los encuadres y a defectos que llamaban más la atención. Esa primera aventura llevó por título Le Châtiment de Basenhau (El castigo de Basenhau), y se publicó entre los números 752 y 794 de la revista Spirou (11/IX/1952-2/VII/1953), publicándose en 1954 también en formato álbum. La historia comienza con un torneo, organizado por el Rey Hauvon y es protagonizada por el vil señor De Basenhau, que sabotea la lanza de su rival, el Conde de Tréville, para asegurarse la victoria. Pero  Johan descubre el engaño y el felón es expulsado del torneo y del castillo. Desde sus dominios, urde un plan para vengarse, ayudado por su mano derecha, Guillermo, y un astuto trovador. De Basenhau lanza un ataque contra el rey, pero, gracias a una artimaña de Johan, su ejército es derrotado y el villano recibe un merecido castigo del rey, que le confisca su castillo y sus tierras. La historia presenta un par curiosidades notables: la primera es que la undécima página del álbum no fue publicada por Dupuis, que temía una amonestación de la Comisión de Vigilancia y Control (censura francesa, muy amenazante en aquella época) al contener varias escenas con diversas torturas. Sin esas páginas, resultaba incomprensible para el lector saber por qué la barriga del trovador estaba tan hinchada en la siguiente página. La otra anécdota es que es en el momento de realizar esta aventura cuando Peyo convence a Nine para que abandone su trabajo y le ayude a él con diversas tareas: primero con las facturas o la correspondencia, y especialmente como colorista de las aventuras, una tarea que Peyo nunca quiso afrontar.
 


 Una de las tres tiras eliminadas por miedo a la censura  (Peyo, El castigo de Basenhau, 1952)


Peyo y Nine en su estudio, junto a Walthéry (izquierda), colaborador suyo en Los Pitufos (1964)

  Solo dos meses después, comienza a publicarse la segunda aventura de la serie en la revista Spirou: Le Maitre de Roucybeuf (El amo de Roucybeuf), publicada entre los números 804 y 831 del mentado semanario belga (10/IX/1953-18/III/1954). Será esta la última aventura de Johan en solitario, antes de la presentación de su inseparable compañero en el siguiente álbum. Se advierte una madurez del personaje, que ya no aparenta ser un quinceañero, sino un escudero rozando la mayoría de edad. Se presenta en esta nueva aventura a la maga Rachel (Raquel). El argumento, menos brillante que el anterior, gira entorno al secuestro del barón de Roucybeuf. Uno de sus hijos, un caballero llamago Hugo, regresa al castillo de su padre tras tres años de ausencia y en su camino hace escala en un albergue, donde el posadero le habla de la desaparición de su  padre. Durante la noche, un par de villanos, a las órdenes del dueño del albergue, intentan atacarle para acabar con él, pero Johan aparece en el momento oportuno para protegerle. Al alba, Johan y Hugo llegan por fin al castillo del barón de Roucybeuf, gobernado por su hijo Bertrand, hermano de Hugo, que es envenenado en un complot. El desarrollo de los acontecimientos hace que Johan se involucre en descubrir al culpable, que será cosa de tres: Amauri, tío de Hugo, Thibaud, su primo, y su hermano Bertrand. Finalmente, Johan y Hugo descubren al traidor. Una historia con final feliz en la que no falta ni el esbirro (el servil Orderic) ni el banquete final.


Contraportada y cubierta originales de El amo de Roucybeuf (Peyo, 1954)


Ilustración original para la contraportada de El amo de Roucybeuf (Peyo, 1954)

  Como hemos comentado, en 1954 Peyo introduce a un personaje clave en la tercera aventura de la serie (Le Lutin du Bois aus Roches - El duende del bosque de las rocas) un escudero bajito llamado Pirluit, una suerte de Sancho Panza, glotón y algo torpe, que monta a la cabrita Biquette. El personaje presenta cierta ambigüedad en cuanto a su edad: si bien se muestra en ocasiones como un enano mayor que Johan, en otras parece más bien lo contrario: un joven burlón e inmaduro. Nine recordaba el germen del personaje: Peyo le comentó que necesitaba un secundario en la serie que no pudiera matar a Johan, por lo que optó por un personaje bajito, en el que, además, identificó al Pierre adolescente, con ganas de gastar bromas. En cuanto al nombre de su cabra, parece claramente inspirado en el de una de las dos cabras que había en la casa de sus abuelos: una blanca, Blanchette, y otra negra, Biquette. Aunque en un principio fue concebido como un enanito que aterrorizaba y asaltaba a los lugareños, con el tiempo se ganó la simpatía del público y se convertirá en compañero inseparable de Johan (y en el bufón del rey). Fue, de hecho, el personaje favorito de Peyo de entre todos los que creó. Ambos personajes darían así nombre a la serie, rebautizada desde entonces como Johan & Pirluit, aunque este álbum aún se presentó como "Una aventura de Johan", debido al inesperado éxito de Pirluit.


Primeros dibujos de Pirluit (Peyo, 1954)

  Este tercer álbum se publica de forma seriada, como era habitual, entre los números 845 y 858 de la revista Spirou (24/VI/1954-23/IX/1954). Dos años después se publica también en formato álbum. La aventura se abre con un encuentro entre Johan y Francisco, el leñador, muy apagado y triste ante los envites de un "demonio" que desde hace un tiempo deambula por el Bosque de las Rocas y asusta a los habitantes de la región, robándoles sus provisiones. El personaje no es otro que Pirluit, como le explica el leñador a Johan. De regreso al castillo, el rey pide a Johan que prepare la llegada de la princesa Anne (Ana), sobrina suya, además de averiguar algo más sobre ese misterioso personaje que aterroriza la región.


Dibujos de Pirluit con distinta edad, respondiendo a un lector que preguntó por
la edad del personaje (Spirou #930, 9/II/1956)

  Poco después Johan se pone tras la pista en el Bosque de las Rocas, llegando hasta un claro donde por ifn se cruza con Pirluit en el que será el primer encuentro de la pareja. Se produce entonces una persecución a través del bosque en la que finalmente Johan da caza al canijo. Pirluit le explica que su modus operandi en la región viene motivado por su incapacidad de encontrar trabajo. Siempre que lo busca, de granja en granja, lo único que recibe es mofa y burla por parte de todos. Tras una charla cercana, Pirluit se da cuenta de que Johan no tiene malas intenciones y se hacen amigos.. Johan le propone entonces pedir al rey que le convierta en su bufón. Pero al llegar al castillo e intentar comentárselo, un sirviente anuncia que la princesa Ana ha sido secuestrada. Vuelve aquí, Peyo, a reciclar el manido tema del secuestro de la princesa que ya había trabajado en La Dernière Heure y en Le Soir, pero esta vez más desarrollado y detallado, con un guion con mejor ritmo y más estructurado. Más maduro.
 

  En esta ocasión son Filiberto y Angelot, dos traidores al servicio de Girard, el siniestro señor de Waltriquet (Gerardo de Faltriquera en la traducción al castellano), los que están detrás del secuestro de la princesa, acusando a Pirluit de su captura. El rey pone precio a la cabeza de Pirluit, mientras este descubre, por puro azar, la identidad de los secuestradores en una de las habitaciones del castillo. Después le cuenta a Johan lo sucedido y juntos descubren que Gerardo de Faltriquera y Guillermo de Basenhau andan detrás del secuestro de la princesa Ana sin otro fin que el de intentar derrocar al rey. Pirluit pone en preaviso al rey de la encerrona que desde Piéfroy (Piefrío) le han tendido, y a partir de entonces se produce el desenlace de la aventura, que termina con el rescate de la princesa, la condena a los calabozos de Gerardo y Guillermo, y con un Pirluit devenido en bufón real con un disfraz con el que el personaje no se siente muy a gusto. Restaría comentar que Peyo, años depués, intentó redibujar por completo la historieta, emulando los pasos de su admirado Hergé con algunas sus historietas de Tintin. Encargó a Walthéry y a Claude de Ribaupierre (Derib), que trabajaban en el estudio Peyo, la realización de esa tarea, pero la marcha de Derib (padre de Yakari y Buddy Longway) a su Suiza natal, frustra el proyecto, que queda inacabado. No obstante, Peyo llega a redibujar él mismo la portada y la portadilla del álbum.
 

Primera viñeta de El Duende del Bosque de las Rocas redibujada en el estudio Peyo

  El 12 de mayo de 1955 se publica una nueva aventura de Johan y Pirluit. Se serializa entre los números 891 y 912 de la revista Spirou (12/V/1955 a 6/X/1955). La aventura llevó por título La Pierre de Lune (La Piedra de Luna), y es considerado por algunos expertos como la obra maestra de Peyo. La revista se había renovado y engalanado para la ocasión y contaba, desde aquel número 891, con más de la mitad de sus páginas a color. Peyo seguía en plena evolución y empieza a trabajar en más y más series en paralelo: retoma la serie del gatito Poussy, ilustra y escribe cuentos, e incluso realiza algunas historietas cortas. Esta cuarta aventura de la serie será la primera que lleve por fin la cabecera que todos conocemos ("Una aventura de Johan y Pirluit"). En ella aparece por fin el mago Hómnibus, quien, junto a la maga Raquel, enriquece la serie y le da ese toque mágico que toda aventura medieval necesita (como Merlín, Morgana...). Hómnibus será, además, un personaje clave en la serie, y en la vida de Peyo, ya que es él quien, a través de uni de sus encantamientos, permite a los protagonistas viajar hasta el país de los Pitufos. Un mundo que, paradójicamente, terminará fagocitando a esta serie que le vio nacer.


Homnibus hace su aparición en La Piedra de Luna - Su papel será de gran relevancia en la serie

  La aventura comienza con la llegada de un caballero herido al castillo donde residen nuestros protagonistas. Se trata de Oliver, ayudante del mencionado Hómnibus, quien explica a Johan y Pirluit que el mago le envió a un país lejano a buscar una piedra dotada de un maravilloso poder: la Piedra de Luna. A su regreso a casa, les cuenta, fue asaltado por un hombre que intentó robárselo, sin éxito. Olivier confía entonces la piedra a Johan y Pirluit para que se la hagan llevar a Hómnibus, y revela a estos la identidad de su asaltante: se trata del Sire de Boustroux (Señor de Bultrago), un villano en toda regla. El personaje se presenta ese mismo día en el castillo solicitando alojamiento al rey e interesándose por el herido. Su objetivo es obvio: conseguir la piedra para utilizar su magia y hacerse invencible, tramando maquiavélicos planes. El objetivo de Johan y Pirluit será el ya mencionado: tratar de llevarle la piedra mágica a Hómnibus. La aventura guarda ciertos paralelismos con el guion de una novela policíaca, pero ambientada en la época medieval. Será, además, la primera vez en la que Peyo se atreva a quitarle la vida de uno de los personajes, aunque la escena no será mostrada al lector de manera explícita, sino a través del recurso de la elipsis.


Jules Berry, actor del film Les visiteurs du soir, estrenado durante la guerra, inspiró a Peyo
 a la hora de pensar en el malvado protagonista de La Piedra de Luna (el Señor de Bultrago)

  Comentar que en la aventura Peyo tuvo que redibujar ciertas viñetas para evitar, de nuevo, el posible azote de la censura francesa. Se trata de la escena en la que el señor de Bultrago se intenta disfrazar con un casco con cuernos, con una boca salvaje... Dupuis le sugiere a Peyo que la redibuje:


Viñetas de La Piedra de Luna que Peyo tuvo que redibujar por sugerencia del Dupuis

  Dos meses después comienza a seriarse Le Serment des Vikings (El Juramento de los Vikingos), quinta historia de la serie. Se publica entre los números 920 y 941 de la revista Spirou (1/XII/1955-26/IV/1956) y, posteriormente, en álbum, en 1957. Ese mes de diciembre en el que la historia comienza a seriarse, Peyo colabora realizando un par de cuentos navideños para un número especial. El dibujante está desbordado de trabajo y, por si fuerea poco, se produce el nacimiento de su primer hijo Thierry (futuro colaborador suyo). Peyo no tira la toalla: se saca de la chistera una historieta ambientada en el mundo vikingo, y traslada el comienzo de la aventura lejos del castillo del rey Hauvon, en las costas de la Bretaña francesa, en la villa de Pinquer, donde se halla el castillo del barón de Troumanach (Trumanach). El rey Hauvon solicita a Johan y Pirluit que lleven un edicto a dicho barón.


Peyo, junto a su hijo Thierry (h. 1959)

  Terminada la misión, de camino al castillo, son sorprendidos por una tormenta y buscan refugio, alojándose en casa de una familia de pescadores. A la mañana siguiente, al alba, Johan se cruza con un vikingo, Olaf, en la puerta de la casa, que quiere hablar con el pescador. Más tarde, Johan y Pirluit vuelven a ver a Olaf, en la playa, que intenta llevarse a un muchacho, Jacques (Jacobo), el hijo del pescador, a la fuerza, hasta su drakkar. Intentan impedir el secuestro del muchacho, pero no logran evitarlo. Son recogidos entonces por un segundo drakkar, desde el que persiguen al primero para intentar rescatar al muchacho. El viaje les lleva hasta una lejana tierra. Se infiltran en el castillo y encuentran a Jacobo, a quien le han explicado que es, en realidad, hijo del rey Gudhrun. El muchacho, sabedor de su verdadero linaje, ya no quiere abandonar el lugar, y Johan y Pirluit son, además, capturados y convertidos en prisioneros de Bodhvar, señor del castillo. Este y sus hombres les explican que Jacques es, en realidad, el príncipe Odd, hijo de Gudhrun, y les hablan del juramento que hicieron para volver a coronar al príncipe Odd, tras la muerte de su padre, Gudhrun. Johan y Pirluit les ayudan a conseguir su objetivo a lo largo de una épica aventura, con un trasfondo histórico, en el que se nota que Peyo se ha documentado, y en el que no faltan combates vikingos en el mar, intrigas, y hasta una clase de historia vikinga que Johan imparte a su compañero junto a la playa. El dibujante alcanza en esta historieta la plenitud de su talento como historietista.


Cabecera de El Arbolito de Navidad, uno de los cuentos navideños de Peyo

  La sexta entrega de la serie llevó por título La Source des Dieux (La fuente de los dioses), y se publicó entre los números 951 y 971 de la revista Spirou (5/VII/1956-22/XI/1956). Diez semanas después de de finalizar El Juramento de los Vikingos. Al año siguiente se publicaría también en formato álbum. Peyo está saturado de tanto trabajo, pero decide dar continuidad a la historieta anterior. La aventura comienza con el regreso de los protagonistas a sus tierras a bordo de un drakkar, tras varios meses de aventuras por tierras nórdicas. Durante el viaje de regreso se produce una terrible tempestad que los hace naufragar. Ambos se despiertan en una playa y son recogidos por los lugareños. Johan y Pirluit no tardan en darse cuenta de que los habitantes de la aldea viven oprimidos en una suerte de esclavitud, bajo el yugo del malvado Gracauchon (Gragochón) y sus secuaces. Los lugareños les hablan de una leyenda que cuentan los ancianos según la cual una bruja habría lanzado una maldición sobre los habitantes del pueblo dejándolos cansados a perpetuidad. Una desgracia, esta, que pasa de padres a hijos. Gragochón y los suyos, al pasar por el lugar y conocer el punto débil de sus gentes, se aprovecharon de estos y les utilizaron como esclavos, robándoles el fruto de su trabajo.


Los lugareños sufren un cansacio perpetuo debido a un hechizo de un bruja
(La Fuente de los Dioses, Peyo, 1956)

  Los protagonistas se ponen entonces tras la pista de la Fuente de los Dioses, remontando el río, de cuya milagrosa agua se dice que podría devolver a los lugareños su fuerza original, anulando los efectos del malvado hechizo que pesa sobre ellos. Pero esta búsqueda del Grial no será nada fácil, ya que la fuente puede brotar en la ribera de los muy numerosos afluentes de la zona. Además, habrán de enfrentarse a un peligroso gigante que habita junto a la ribera del río y que activa una suerte de trastorno bipolar al propinarse porrazos en la cabeza. Los protagonistas llegan finalmente hasta una cueva donde habita un anciano que resulta ser el guardián del agua milagrosa y que les entrega un pequeño odre que ayudará a los protagonistas a finalizar su misión. Se trata, en definitiva, de un álbum redondo, brillante, de los mejores de Peyo, en el que el autor sigue perfilando la irreverente personalidad de Pirluit, y cuya relación con Johan se afianza cada vez más. A nivel gráfico, Peyo sigue madurando, con un gran trabajo en los escenarios y fondos, en el dinamismo de las viñetas y en la expresividad de los personajes.


Plancha original de la página 27-B (La Fuente de los Dioses, Peyo, 1956)

  La Flèche noire (La flecha negra) es la siguiente historia de la serie. Se publica entre los números 977 y 998 de la revista Spirou (3/I/1957-30/V/1957) y en formato álbum en 1959. Peyo se inspira de nuevo en ideas pretéritas de su etapa en Le Soir para el argumento de la aventura: un malvado enmascarado oculto en el interior del castillo. El personaje es ahora el líder de una banda de ladrones que operan en el reino y que han montado toda una red que permite robar los convoyes que se dirigen al castillo del rey. De una u otra forma, los bandidos se las apañan para desbaratar todos los planes orquestados por la corte para sorprenderlos con las manos en la masa. Cierto día, Johan y Pirluit se encuentran, por casualidad, con la banda en el bosque e intentan empatizar con ellos, lo que les ayuda a conocer el sistema que estos utilizan para comunicarse con el topo infiltrado en el castillo: una flecha negra que este lanza desde allí y que contiene la hoja de ruta e itinerarios de las séquitos reales.
 


Izda: Portada para el álbum La Flecha Negra (Peyo, 1959)
Dcha: Proyecto de portada descartado donde Peyo mezcla dos escenas independientes (1959)

  El álbum tiene un aliciente extra: se enriquece notablemente con una nueva vuelta de tuerca sobre el personaje de Pirluit. Peyo le atribuye ahora el rol de trovador real. Una disciplina esta que el enano no domina en absoluto, y que sirve de mecanismo para crear toda suerte de gags. Cual juglar, Pirluit intentará entonar, sin éxito, aquellos fableaux o cantares medievales de carácter popular ("Ge sui jouglères de vièle, si sai de muse et de frestèle..." / "Yo soy juglar de zanfona, toco el salterio y la viola..."). Este recurso humorístico con personajes que desafinan no es nuevo: Hergé ya había creado a su célebre diva Blanca Castafiore y también Uderzo y Goscinny lo utilizaron años después que Peyo con su bardo Asurancetúrix, capaz de hacer llover con cada nueva tonada.


Ilustración promocional de la revista Spirou

   Y llegamos al número 1000 de la revista Spirou. Poco después de esta redonda efeméride, de la que pocas publicaciones pueden presumir, comienza a serializarse la siguiente aventura de la serie: Le Sire de Montrésor (El señor de Pkodoro), publicado entre los números 1004 y 1044 (11/VII/1957 - 17/IV/1958) del longevo semanario. Posteriormente también se publicará en formato álbum, en 1960. Se trata de la octava aventura de la serie. Peyo decide otorgar a Pirluit el protagonismo de la aventura convirtiéndole nada menos que en el Sire de Montrésor (Señor de Pikodoro). Todo sucede de forma fortuita, tras una persecución accidentada en la que Pirluit es confundido con Edgardo de Pikodoro, que huía de la prisión de su tutor, el Señor de Courtecorne (Cuernacorta). Los aldeanos, cansados del yugo de Cuernacorta, celebran por todo lo alto la llegada de Pirluit, al que el poder no tarda en subírsele a la cabeza. No obstante, mantiene cierta nobleza y cordura por momentos, rechazando actuar de manera vil, como le proponen quienes le rodean. Pero la cosa se complica tras la llegada de Gwendoline (Güendolina) una princesa un tanto oronda que suspira por el bardo y que los padres de Edgardo eligieron como prometida de su hijo desde que este era muy pequeño. Poco después de su encuentro, Cuernacorta revela a sus secuaces que han capturado a la persona equivocada, y el pastel se destapa. Pirluit es condenado a la horca en una escena memorable muy bien llevada por Peyo (y que nos recuerda de nuevo las palabras de Franquin sobre la capacidad de este para contar algo sin necesidad de leer los bocadillos). 


Escena en la que Pirluit escapa del cadalso

 En la historia Peyo introduce también a un simpático personaje nuevo: Rómulus, un halcón que el barón de Brusy le ha regalado a Pirluit. Él mismo se encarga de su propio adiestramiento, aunque a base de zanahorias, ya que Rómulus resulta ser un halcón vegetariano. Será este un elemento clave en el desenlace de la aventura, durante el encuentro entre el auténtico Pikodoro y Cuernacorta. En definitiva, se trata este un álbum en el que no falta de nada: persecuciones, revueltas, traiciones, combates, huídas y hasta la usurpación de identidad encarnada por el pequeño Pirluit. Dado el protagonismo del canijo a lo largo de la aventura, quizá hubiera sido justo que, por una vez, el título de esta histoireta hubiese sido "Una aventura de Pirluit y Johan".


Escena en la que Pirluit intenta adiestrar a Rómulus
El señor de Pikodoro (Peyo, 1957-58)
 

 Y llegamos a la que probablemente sea la historieta más recordada y conocida de la serie, la joya de la corona, la más veces reeditada en nuestro país: La Flûte à six schtroumpfs, que originalmente llevó por título La Flûte à six trous (La flauta de seis agujeros, rebautizada como La flauta de seis pitufos). Se trata de la novena historieta de la serie, y se publicó por vez primera entre los números 1047 y 1086 de la revista Spirou (8/V/1958 - 15/II/1959).  Posteriormente, como era habitual, también goza de una edición en álbum, en 1960. Se trata de la primera aventura en la que aparecen los Pitufos, que nacieron precisamente en esta serie, y la primera en la que Peyo prolonga su extensión hasta las sesenta páginas. La aventura comienza en el castillo del rey Hauvon, al que llega un marchante que vende instrumentos. Pirluit le compra una flauta mágica de seis agujeros con una virtud: todo aquel que la escucha sonar, salvo quien la toca, no puede evitar ponerse a bailar al son de su música, llegando incluso hasta la extenuación en caso de que la tonada se prolongue en el tiempo. Pirluit siembra el caos por todo el castillo haciendo sonar el instrumento. El pasaje lo aprovecha Peyo para darnos a conocer nuevos personajes que habitan en la fortaleza, como la dama Bárbara, quien tampoco logra resistirse al sonido de la flauta, o un anciano casi sordo sobre el que el instrumento no parece tener ningún efecto. Esta flauta de seis agujeros es objeto de deseo de un truhán llamado Mathieu Torchesac (Matías Torchesac), que intenta hacerse con el instrumento para utilizarle con fines poco nobles.
 

Los pitufos trabajan sin cesar, cantando, para preparar una flauta mágica nueva
La flauta de seis pitufos - Plancha original, página 41 (Peyo, 1958-59)

  El villano se cruza con el marchante de instrumentos, que le pone tras la pista de Pirluit, logrando al fin hacerse con la flauta. Viaja entonces a lo largo y ancho del país haciendo sonarla para robar a los ricos. Johan y Pirluit recurren, una vez más, al mago Hómnibus, que les ayuda a viajar hasta el País Maldito, el lugar donde habitan unas criaturitas azules que todos conocemos: los Pitufos. Son recibidos por Papá Pitufo, quien, junto a los suyos, fabrica, trabajando durante toda la noche, una flauta similar. Mientras tanto, Matías Torchesac propone un trato al seigneur de la Mortaille (Señor de la Mortaja): utilizar la plata robada por Torchesac para financiar un ejército con el que conquistar todos los territorios circundantes, repartiéndose a medias las tierras. Así, Torchesac se embarca durante la noche hacia Trumanach. Los pitufos saben de sus intenciones, pero le pierden de vista, por lo que Johan tiende un señuelo al señor de la Mortaja que le ayuda a dar con Torchesac. El desenlace de la aventura será un inolvidable y épico combate de flautas entre Pirluit y Torchesac del que el primero sale victorioso. Ambos villanos son capturados y las flautas entregadas a los Pitufos, aunque Pirluit intenta darles el cambiazo en el último momento, sin éxito.
 

Escenas finales, tras la captura de Torchesac y el señor de la Mortaja
La flauta de seis pitufos - Plancha original, página 58 (Peyo, 1958-59)

  Era 1958 y Peyo, con solo treinta años, acababa de crear a los Pitufos. La arrolladora acogida del álbum terminó trascendiendo del cómic a la gran pantalla a finales de 1975, nada menos que diecisiete años después de su primera publicación en papel. La realización del film estuvo a cargo de la empresa de animación belga Studios Belvision, que ya había lanzado una serie dedicada a Tintín, además de largometrajes como Pinocchio dans l'espace, Astérix el galo, Astérix y Cleopatra, Tintín y el lago de los Tiburones, El templo del Sol o Lucky Luke el intrépido (Daisy Town). Dirigida por Eddie Lateste y por el propio Peyo, la película se estrenó en Bélgica en la Nochebuena de 1975. En Francia lo hizo pocas semanas después, a finales de enero de 1976. En España hubo un preestreno en un Festival de cine para la Infancia y la Juventud de Gijón, en 1977, y un posterior estreno a nivel comercial dos años después, el 14 de junio de 1979, año en que también se estrenaría en Reino Unido. La versión en catalán tuvo que esperar un poco más, hasta el 29 de marzo de 1980, y se mantuvo durante varios meses en la cartelera barcelonesa, además de distribuirse durante varios años por todo el territorio catalán. Hubo estrenos posteriores: los norteamericanos tuvieron que esperar hasta 1983 para verla en su país. Peyo se involucró enormemente en el film, realizando todos los storyboards que sirvieron para adaptar el cómic a la película. Esto tuvo su repercusión en el mundo de la historieta: entre 1973 y 1976, se redujo drásticamente el número de páginas de Los Pitufos y otras series en las páginas de la revista Spirou.


Peyo, posando junto a numerosos storyboards realizados para el film La flauta de los pitufos
(Foto: Alain Coerten, 1975)

  Yvan Delporte, amigo suyo, se hizo cargo de la adaptación del guion. Y aunque el argumento fue bastante fiel al álbum, se tomaron ciertas licencias. La película, por ejemplo, no comienza en el castillo, como el cómic, sino en una feria medieval, con una justa en la que Johan compite y sale victoriioso. El título del film también fue ligeramente diferente: La flauta de los Pitufos, en España, y La flauta mágica en Hispanoamérica. Los diseños de los fondos estuvieron a cargo de Michel Matagne y Michel Leloup. Y un tercer Michel, Legrand, estuvo a cargo de la hermosa banda sonora que acompaña al film. La película tuvo mucho tirón y se comercializó todo tipo de merchandising: figuritas, barajas de cartas, mini-cuentos, postales, pegatinas, pósters, discos de música... Más de tres décadas después, en 2008, se volvió a comercializar la película, esta vez en formato DVD.


Izda: Carátula del film realizada por Peyo (similar a una de las portadas del álbum)
Dcha: Otra versión de la portada del álbum, dibujada por Franquin

  Y llegamos al décimo álbum de la serie: La guerre des sept fontaines (La guerra de las siete fuentes). Se publicó entre los números 1094 y 1139 de la revista Spirou (2/IV/1959 - 11/02/1960), y al año siguiente en álbum (1961). El álbum abre con los protagonistas perdidos en una zona árida e inhóspita, y deciden pasar la noche en un castillo abandonado. A media noche, tras sonar las doce campanadas, aparece ante ellos el fantasma del señor del castillo, muerto hace cien años: Sir Aldebert de Baufort, condenado a errar en su última morada como castigo a la mala gestión de su feudo. El fantasma les cuenta que la bruja Sara le concedió un único deseo por su buen hacer con sus ciudadanos. Aldebert pidió que de los siete ríos de la comarca manase vino en lugar de agua. El pueblo se dio entonces a la bebida y descuidó el resto de tareas. Supuso la ruina para la región. Tras su muerte, los antepasados de Aldebert le acusaron de haber perdido su reino por culpa del vino y le condenaron a aparecerse en el castillo, cada noche, desde las doce hasta el primer "canto del gallo", al alba, hasta el día en que la bandera de los Baufort ondease de nuevo en el torreón del castillo. Por tanto, para deshacer la maldición, será necesario que el reino deje de estar privado de agua, es decir, que vuelva a brotar agua de las Siete Fuentes. Johan y Pirluit, con la ayuda de los Pitufos y de la hechicera Rachel (Raquel), consiguen que vuelva a manar agua de las fuentes de la región. Pero antes de que puedan conseguir que un nuevo descendiente de Aldebert ocupe el castillo, una docena de caballeros con el mismo apellido reivindican todos ellos la propiedad del reino. Hasta el siervo de Jean de Baufort (Juan de Baufort) reclama el castillo para su señor, quien resulta ser el auténtico. Este terminará llegando al castillo, lo que generará un conflicto de intereses entre los que llegan con Juan, y el resto, que quieren derrocarle para repartirse las tierras entre ellos. Johan y Pirluit son tomados por traidores. A pesar de todo, le cuentan a Juan de Baufort toda la historia y se ganan su confianza. Juntos, y con ayuda de la armada de Juan, y especialmente de su antepasado, Aldebert de Baufort, consiguen encerrar a los falsos herederos al reino, logrando el fantasma su redención y descansando, por fin, en paz.

  El nombre del álbum guarda relación con una conocida zona en las afueras de Bruselas donde la gente disfrutaba paseando y distrayéndose los fines de semana. También publicado en España como La Guerra de Tomoylomo en su etapa brugueril, la aventura es considerada por muchos como la obra cumbre de Peyo. Las escenas finales del asedio al castillo son magistrales, propias de un curso para aprender a dibujar cómics. Peyo sigue destacando por la habitual expresividad de sus personajes, sus siempre efectivos gags y por la composición de sus viñetas, llenas de multitudes por doquier en esta ocasión. Y, por cierto, vuelve a aderezar la aventura con esos siempre efectivos toques de magia, no solo de Raquel, o de la bruja Sara, sino también con la de sus queridos Pitufos. La reaparición de Papá Pitufo será clave en el desarrollo de la aventura, al suministrar él la varita zahorí que ayuda a los protagonistas a encontrar el ansiado líquido elemento.


Magistral primera viñeta de La guerra de las siete fuentes
(Peyo, Spirou nº 1094, 2/IV/1959)


Peyo junto a sus hijos Thierry y Veronique (h. 1963)

   Tras seis meses con la serie en el dique seco, en el verano de 1960, vuelven a publicarse páginas nuevas en el semanario belga. La creación de nuevas series durante aquellos meses había absorbido a Peyo, pero el dibujante se resiste a abandonar su serie más personal y regresa con una gran aventura. Se trata de la undécima de la serie de Johan & Pirluit: L'Anneau des Castellac (El anillo de los Castellac), publicada entre los números 1167 y 1201 de la revista Spirou (25/VIII/1967 - 20/IV/1961). En 1962 también aparecería en formato álbum, como era habitual, aunque las ventas se resintieron, seguramente por la ausencia de los Pitufos, que Peyo tendrá que recuperar en álbumes sucesivos, como veremos. En la aventura, Johan y Pirluit llegan a una posada, donde se cruzan con Hubert (Huberto), duque de Castellac, que acaba de fugarse tras tres años de cautiverio de los calabozos del señor Hércules de Basse-fosse. El hombre necesita un caballo, pero el posadero no tiene ninguno, por lo que Johan y Pirluit deciden ayudarle yendo a buscar uno. Como aval, Huberto les entrega una sortija con el emblema de su linaje, pero, a su regreso, al día siguiente, los protagonistas se encuentran al posadero escondido en el pozo, quien les confiesa que el duque ha sido capturado. De regreso al castillo, Johan y Pirluit se encuentran, sin embargo, al duque Huberto de Castellac dándose un baño de multitudes ante su pueblo. algo del todo inexplicable. Johan y su compañero habrán de introducirse en el castillo para proseguir tirando del hilo de esta intrincada aventura. Allí hablan con Acelin (Acelino), supuesto escudero del duque, quien parece controlar los hilos de la situación de forma turbia. El desenlace de la aventura tiene lugar en los dominios de Hércules, señor de Basse-fosse, donde acuden Johan y Pirluit para intentar desfazer el entuerto. El álbum, más parecido a una novela policíaca que a una aventura medieval, carece de magia y fantasía, aunque recupera de nuevo el "talento" musical de Pirluit, que tanto juego dio en El señor de Pikodoro, y nos hace descubrir su faceta como cocinero. Es a lo largo de esta aventura cuando le vemos preparar su famoso britchabrotch (brichabroch en la versión en castellano), que Peyo explota para sacar petróleo en la particular relación entre Pirluit y Hércules. Por cierto, Peyo reconoció que Castellac significa "castillo a la orilla (o en medio) de un lago", inspirado en sus lecturas de juventud (Lanzarote del Lago, de Chrétien de Troyes o La Prometida de Lammermoor, de Walter Scott).


Viñeta de El anillo de los Castellac
(Peyo, Spirou, Página 12, 1960)

 Como comentamos, Peyo recupera a sus criaturas azules en la siguiente entrega de la saga, la duodécima aventura larga de Johan y Pirliut: Le Pays Maudit (El país maldito). Se publicó entre los números 1235 y 1276 de la revista Spirou (14/XII/1961 - 27/IX/1962) y, posteriormente, en formato álbum, en 1964. El álbum comienza de forma muy medieval y a modo de cuento: Peyo nos cuenta la historia de un rey aburrido y deprimido que no logra encontrar alegría con nada. Ni siquiera la magia de la bruja de la corte, Raquel, consigue surtir efecto alguno. El monarca no es otro que rey Hauvon, al que ni titiriteros, bufones y toda una caterva de saltimbanquis consiguen esbozar una sonrisa. Casi al final del espectáculo, el director de la obra muestra al rey un Pitufo enjaulado. Johan no tarda en intervenir para conseguir que recupere su libertad. El pitufo intenta explicarles que algo le ha sucedido al Gran Pitufo, pero se explica en su idioma y ninguno consigue entenderle. Peyo utiliza este recurso de forma pitufante para mantener el suspense de la aventura. No obstante, y a pesar de no entender la mitad de lo que el pitufo intenta explicar, Johan intuye que algo malo ha pasado y decide acompañarle, junto a Pirluit, hasta el País Maldito.


Viñeta de El País Maldito
(Peyo, Spirou, Página 5, 1961)

  El rey Hauvon, en quien el pequeño ser azul parece haber despertado cierto interés, decide acompañarlos hasta el inhóspito lugar. Para viajar hasta allí, el trío (además del pitufo) visita a Hómnibus, como no podía ser de otra manera. Sin embargo, el mago se encuentra en horas bajas, aquejado de fiebre y débil, por lo que no tiene capacidad para hipnotizarlos a todos para teletransportarlos hasta el lugar. No obstante, utiliza su bola de cristal para tirar del hilo: allí observa al Gran Pitufo encadenado, además de la aldea pitufa devastada. A pesar de sus limitaciones, al día siguiente, antes de despedirse de ellos, les entrega una varita mágica, capaz de generar agua a base de golpear el suelo y pronunciar la palabra mágica "Alakazam". Un recurso que Peyo utiliza a lo largo de algunas viñetas para hacernos reír. Desgraciadamente el agua que surte con la varita es salada, por lo que es de poca utilidad para nuestros amigos, como descubrirán después. El grupo tiene que partir al País Maldito por el camino más largo: atravesando un denso bosque hasta llegar a un pantano, que es también un lodazal, y que a punto está de tragarse a Johan. Consiguen atravesar la ciénaga a bordo de una improvisada balsa, hecha a base de troncos. Tras el pantano alcanzan un desierto, y tras este, una escarpada cordillera.



Portadilla de El País Maldito
(Peyo, Spirou, Página 5, 1961)

  El grupo llega por fin a la aldea pitufa, pero la encuentran totalmente arrasada y vacía. No tardan en descubrir que el causante de semejante estropicio no es otro que Fafnir, un dragón que escupe fuego (que pitufa pitufo, en el argot local) y que termina por capturar al rey Hauvon. Este lo lleva a algunas leguas del allí, donde se reencuentra con su amo, Monulf (Monulfo). Tras descubrir que Johan y Pirluit podrían estar tras la pista del rey, Monulfo envía a Fafnir tras ellos, pero estos se ocultan del monstruo y dan con una caverna, en cuyo interior se reencuentran con el resto de pitufos, esclavizados por Monulfo en su intento de extraer diamantes. Un pitufo les narra la historia de lo acontecido: la llegada de Monulfo y su dragón al País Maldito sembró el caos en la aldea. Raptaron a Papá Pitufo y amenazaron al resto de pitufos con decapitarle a menos que trabajasen en la mina extrayendo diamantes. Monulfo intenta entonces atacar a Johan, pero este consigue derrotarle y atarle de pies y manos. Será este quien les guíe hasta el lugar donde dejó presos a Papá Pitufo, Pirluit y el Rey Hauvon.
 

 Dibujos de Fafnir, Hauvon, Johan y Pirluit  (h. 1964)

  Desgraciadamente, la salida de la gruta está bloqueada por Fafnir, así que los pitufos buscan otra salida, muy pequeña, pero suficientemente grande para traer comida y adormidera, planta que servirá para preparar una sopa con la que amodorrar al dragón. Una vez dormido, Papá Pitufo se introduce en su interior y consigue que Fafnir escupa agua en lugar de fuego. Para ello se vale de un trozo de la varita mágica que Hómnibus había entregado a los protagonistas. Sin su poder incendiario, Fafnir queda del todo anulado, pudiendo los pitufos reconstruir su aldea. Johan, Pirluit y el rey regresan al castillo, junto a Monulfo y Fafnir. Por el camino, se cruzan con los saltimbanquis con los que empezó la aventura y deciden venderles al dragón escupe-fuego por solo dos escudos. Se trata de la primera aventura hasta la fecha no realizada enteramente por Peyo. Francis Bertrand tuvo que colaborar para conseguir terminarla a tiempo. Muchas de las ideas de la aventura son del propio Yvan Delporte, como el nombre de Monulfo (inspirado en una calle llamada así en honor de un cura de Lieja), las injurias de este villano, con caracteres yiddish (que serán reemplazadas en ediciones posteriores), o la cueva en las que se desarrolla parte de la aventura.


Fafnir y Monulfo en una viñeta de El País Maldito
(Peyo, Spirou, Página 54, 1962)

  Tres años hubo que esperar pacientemente hasta el estreno de la decimotercera aventura de la serie: Le sortilège de Maltrochu (El sortilegio de Malasombra), que comenzó en el especial Navidad de la revista Spirou (nº 1548, 14/XII/1967) para el que Peyo realiza unas soberbias cubiertas que muestran a muchos de los personajes con más relevancia de la serie (villanos incluidos). Es de las poquitas ocasiones en las que Peyo realiza una ilustración en la que referencie toda su obra a lo largo de la serie en una única viñeta. El 23 de mayo de 1968, en el Spirou 1571, el dibujante interrumpe la aventura con un "Fin de la primera parte" que no retomará hasta el 1641 (25/IX/1969). Este se irá completando semana a semana hasta llegar a su fin el 12 de febrero de 1970 (en el nº 1661 del semanario belga). Ese mismo año se publica también en formato álbum.
 

Cubiertas para el Especial Navidad de la revista Spirou nº 1548 (Peyo, 14/XII/1967)

Cubiertas para el Especial Navidad de la revista Spirou nº 1548 (Peyo, 14/XII/1967) - Original

  La aventura comienza con una página diseñada a modo de cuento, abriendo con su letra capitular de libro de aventuras (Èrase una vez...).Peyo nos presenta al Sire de Boisjoly (Bosquehermoso), un buen soberano para sus súbditos, cuya hija, Geneviiève (Genoveva) tiene numerosos pretendientes. Ella amaba al noble y valiente caballero Thierry, que la correspondía, pero el malvado barón de Maltrochu (Malasombra), que también codiciaba la mano de la joven, lo convirtió en perro a través de una fórmula mágica de un alquimista demoníaco de la zona. La introducción da paso al comienzo de la aventura, ya en formato cómic, que se abre en el castillo del rey Hauvon. Johan y Pirluit salen de caza y se cruzan en el bosque con Thierry, transformado en perro. Los protagonistas hacen buenas migas con el perro, y se lo llevan al castillo, donde descubren que puede hablar. Él les cuenta su problema y les pide ayuda: necesita un antídoto gracias al cual podría recuperar su aspecto original. Johan y Pirluit acuden a buscar la ayuda Hómnibus y de Papá Pitufo, logrando que Thierry recupere su aspecto original, dando al traste con los planes de Malasombra. Thierry consigue así casarse con Genoveva. No obstante, Peyo cierra el álbum con un guiño irónico: "Y fueron felices y sin embargo tuvieron muchos hijos", seguramente un fiel reflejo de su realidad diaria.

Boceto original para viñeta 25 - El sortilegio de Malasombra (Peyo, h.1968)

  Peyo contó en este álbum con la ayuda de Walthéry, también de Gos (que le ayuda a hacer algunos decorados, aunque abandona pronto) y de Marc Wasterlain. Peyo dibujó completamente en solitario la última página de esta aventura. A partir de entonces, ya no habrá ningún álbum nuevo de Johan y Pirluit dibujado por él (sí una historieta corta, "La estrella de Navidad", 1977). Fagocitado por sus propias criaturas, el dibujante se vio arrastrado por los pitufos como si de un remolino se tratase, por lo que tuvo cada vez menos tiempo para proseguir la obra con la que le dio el verdadero salto a la fama. El infarto que el dibujante sufrió en 1969, justo cuando había empezado la segunda parte de El sortilegio de malasombra, también influyó en el devenir de la serie. Por aquel entonces fumaba tres paquetes de cigarrillos al día y se le prescribió un reposo absoluto durante seis semanas.

Peyo dibujando a Pirluit (1967)

  La serie se retomaría mucho tiempo después, tras la muerte de Peyo, en 1994. Llevó por título La Horde du Corveau (La horda del cuervo), y fue Alain Maury quien tuvo la difícil tarea de realizar una tarea que estuviese mínimamente a la altura del talento de su creador. Partió del guion de su hijo, Thierry Culliford, y de Yvan Delporte (conocedores del guion que Peyo había esbozado sobre una historia relacionada con una invasión bárbara). La incombustible Nine volvió a estar a cargo del coloreado. El mismo elenco estuvo detrás de las dos siguientes historias: Les Troubadours de Roc-à-Pic (Los trovadores de Rocapico), publicada al año siguiente y La Nuit des sorciers (La noche de los magos), publicada en 1998, Posteriormente, en 2001, se publicó la última aventura de la saga: La rose des sables (La rosa de las arenas), esta vez ya sin Yvan Delporte al guion, pero aún con Alain Maury a cargo de los dibujos (con mención especial a Ludo Borecki, realizando los fondos de las planchas 24 a 46) y Nine con el color. En esta ocasión el guion estuvo a cargo de Luc Parthoens, que elaboró tanto los diálogos como el découpage (guion gráfico o storyboard), muy útil para Alain Maury. Desde entonces, no ha vuelto a publicarse ninguna aventura nueva de Jonan y Pirluit a excepción de Les schtroumpfeurs de flûte (Los Pitufafores de flautas), un álbum que celebró el 50º aniversario de la serie y en el que aparecen puntualmente los protagonistas, pero que podría considerarse más bien un álbum protagonizado enteramente por los Pitufos. En dicha ocasión Thierry Culliford y Luc Parthoens se encargaron del guion y Jeroen De Coninck del dibujo).

Johan y Pirluit en España


 En España los personajes se tradujeron de diversas formas: "Jano y Pirluit", "Johan y Pirluit", "Juan y Pirulí" o "Juan y Guillermo", pero la primera de todas ellas fue en catalán (Jan i Trencapins) en el nº 17 de la revista Cavall Fort, en abril de 1963. Se publicaron trece aventuras a lo largo de más de tres décadas (1963-1997). La serie contó hasta con una versión teatral, estrenada en Barcelona el 10 de noviembre de 1968. Respecto a la película de animación en catalán, de la que ya hemos hablado (La flauta dels sis Barrufets), fue emitida por TVE-Catalunya y en TV3 en el otoño de 1985.

- Jan i Trencapins (anunciado como El follet del bosc dels maduixers - (Cavall Fort, 17-27) - El duende del bosque de las rocas. Recoloreado por Josep María Madorell
- La pedra de lluna (Cavall Fort, 33-43)
- La fletxa negra (Cavall Fort, 44-65 (reed. 669-680)
- La flauta dels sis forats (Cavall Fort, 85-99)
- La guerra de les Set Fonts (Cavall Fort,  100-115)
- L´anell dels Castellac (Cavall Fort, 128-144)
- El país maleït (Cavall Fort,176-196)
- El sortilegi de Malveí (Cavall Fort, 235-255)
- El jurament dels víkings (Cavall Fort, 413-485)
- El senyor de Montresor (Cavall Fort, 553-565)
- La font dels Déus (Cavall Fort, 587-599)
- L´Horda del Corb (Cavall Fort, 775-784)
- Els trobadors de Rocacorb (Cavall Fort, 825-834)

 Entre 1964 y 1966, el editor Josep Tremoleda publica, bajo el sello Anxaneta, tres álbumes sin numeración. Los personajes llevaron el mismo nombre (Jan i Trencapins)

- El jurament dels víkings (Anxaneta, s/n, 1964)
- La font dels Déus  (Anxaneta, s/n, 1965)
- El senyor de Montresor (Anxaneta, s/n, 1966)
 


Izda: Portada revista Cavall Fort nº 420 (I/1980)
Dcha: Portada Jan i Trencapins (Anxaneta, 1964)

  Pero aún hubo que esperar hasta 1969 para poder disfrutar de la primera edición de la serie en castellano en nuestro país. Fue a cargo de la editorial Argos, que en su revista Strong publicó tres historietas cortas y dos largas de la serie Jano y Pirluit que así fue como se tradujo. Fue entre los años 1969 y 1971, a saber:

- Maleficio en el Castillo (Strong, nº 4 - Historieta corta, 4pp) 
- Los Mil Escudos (Strong, nº 7 - Historieta corta, 2 pp)
- La Posada del Ahorcado  (Strong, nº 9 - Historieta corta, 4 pp)
- La Flauta de 6 Pitufos (Strong, nºs 42 a 55)
- La Guerra de las 7 Fuentes (Strong, nºs 74 a 83)

  La revista desapareció tras 90 números, no obstante, también se publicarían un par de álbumes en tapa dura en la colección Strong Juvenil:

- La Flauta de 6 Pitufos (Strong Juvenil, 1970)
- La Guerra de las 7 Fuentes (Strong Juvenil, 1971)


Izda: Portada revista Strong nº 49 (15/IX/1970
Dcha: La guerra de las siete fuentes  (Strong Juvenil, Argos, 1971)

  En 1979, la editorial Sepp Mundis se anima a publicar la serie en su revista Spirou Ardilla, que imitaba la línea de su homónima francesa en cuanto a contenidos. En esta ocasión los personajes fueron rebautizados como Juan y Pirulí. La serie se mantuvo a flote durante solo tres años, hasta 1981, durante los cuales se publicaron dos historietas cortas y dos aventuras largas, publicadas de forma episódica. No obstante, la segunda de ellas (El País Maldito), se interrumpe en la página 22. El álbum terminaría publicándose en el quinto número de la colección Super Spirou Ardilla,  donde se resumieron las 17 primeras páginas, y se incluyeron desde la 18 a la 60). También se publicó un álbum especial de cuentos que incluyó dos historietas cortas protagonizadas por Pirluit:

- La flauta de los Pitufos (Spirou Ardilla, nºs 7 a 22, 1979)
- El país maldito (Spirou Ardilla,, nºs 63 a 67, 1980, y Super Spirou Ardilla nº 5, 1981)
- Cuentos de Navidad (Spirou Ardilla - Álbum en tapa dura. Contiene las cortas "La estrella de Navidad (1977), última dibujada por Peyo, y "Noche de Navidad" (1956), primera con Pirluit como protagonista en solitario).
 


Portada revista Spirou Ardilla nº 9 (18/IX/1979)
Incluyó un episodio de La flauta de los Pitufos

  Entre los años 1979 y 1983, la editorial Bruguera también publicó abundante material de la serie. Sería esta la primera vez que la serie se edita de forma integral hasta el momento de la publicación, apareciendo los primeros trece álbumes de la serie en la colección Olé!. Esta vez, llevaron un título más parejo al original (Johan y Pirluit). La colección Super Humor recopiló el contenido de estos álbumes de la colecicón Olé!,como solía ser habitual, pero en tapa dura:

- La flauta de los pitufos  (Olé!, Bruguera, nº 1, 1979 y Super Humor nº 1, 08/X/1979)
- El sortilegio de la 'Malasombra'   (Olé!, Bruguera, nº 12, XII/1981 y Super Humor nº 3, II/1982)
- La guerra de Tomoylomo  (Olé!, Bruguera, nº 13, 2/XI/1981 y Super Humor nº 3, II/1982)
- El país maldito (Olé!, Bruguera, nº 14, I/1982 y Super Humor nº 3, II/1982)
- El anillo de los Castellac (Olé!, Bruguera, nº 15, 1/II/1982 y Super Humor nº 4, 1983)
- La verdadera historia del pequeño Pirluit (Olé!, Bruguera, nº 16, 17/I/1983 y Super Humor nº 4, 1983)
- La piedra de Luna (Olé!, Bruguera, nº 17, 21/II/1983 y Super Humor nº 4, 1983)
- El juramento vikingo (Olé!, Bruguera, nº 18, 1983 y Super Humor nº 4, 1983)
- El agua prodigiosa (Olé!, Bruguera, nº 19, 1983 y Super Humor nº 4, 1983)
- El señor de Pikodoro (Olé!, Bruguera, nº 20, 1983 y Super Humor nº 4, 1983)


 También apareció mucho material en las revistas Zipi y Zape y Zipi y Zape Especial:

- La flauta de los pitufos (Zipi y Zape nºs 386-395, 3/XII/1979 a 4/II/1980)
- La Guerra de Tomoylomo (Zipi y Zape nºs 480-486, 21/IX/1981 a 2/XI/1981)
- El albergue del ahorcado (Zipi y Zape nº   515,  24/V/1982 - 4pp)
- Brujería en el castillo / El maleficio del castillo (Zipi y Zape  nº 516, 31/V/1982)
- El caballero Fan-Fan (Zipi y Zape  nº 517, 7/VI/1982) - Título original: Enguerran le Preux
- Los mil escudos (Zipi y Zape  nº 518, 14/VI/1982)
   
- El sortilegio de Malasombra (Zipi y Zape Especial, nº 63, 1/XII/1980)
- El país maldito (Zipi y Zape Especial, nº 86, 16/XI/1981)
- ¡Traición en Roastbeef! (Zipi y Zape Especial, nº 92, 15/XII/1982)
- La piedra de luna (Zipi y Zape Especial, nº 94, 15/III/1981)
- El anillo de los Castellac    (Zipi y Zape Especial, nº 97, 26/IV/1982)
- La verdadera historia del pequeño Pirluit (Zipi y Zape Especial, nº 99, 24/V/1982)
- El juramento vikingo (Zipi y Zape Especial, nº 102, 5/VII/1982)
- El agua prodigiosa (Zipi y Zape Especial, nº 103, 19/VII/1982)
- La Flecha Negra (Zipi y Zape Especial, nº 104, 2/VIII/1982)
- El señor de Pikodoro (Zipi y Zape Especial, nº 106, 13/IX/1982)
- El Pérfido Tancredo  (Zipi y Zape Especial, nº 109, 26/X/1982)
 


Izda: Portada revista Olé! nº 20 (Bruguera, 1983)
Dcha: Portada Super Humor nº 4 (Bruguera, 1983) - Incluye el Olé! nº 20

  En el año de la debacle de la editorial del gato negro, la editorial Grijalbo toma el testigo en 1986, y publica cuatro álbumes en castellano y catalán a lo largo de dicho año. Los personajes sufren un nuevo baile de nombres, que ahora pasan a llamarse "Juan y Guilermo" (en la edición en castellano) y "Jan i Trencapins" (en su versión catalana). En paralelo, Diario 16 publicó en su suplemento dominical, de forma seriada, la aventura larga El señor de Basenhau.

- El señor de Basenhau / El senyor de Basenhau (Grijalbo-Junior, nº 1, 1986)
- El usurpador de Bellobosque / L'usurpador de Rocafort (Grijalbo-Junior, nº 2, 1986)
- El duende del bosque / El follet del bosc (Grijalbo-Junior, nº 3, 1986)
- La piedra de la luna / La pedra de Lluna (Grijalbo-Junior, nº 4, 1986)

  Se inicia entonces un tiempo de sequía de la serie a nivel editorial. Durante las próximas dos décadas únicamente aparecen tres álbumes de la serie. El primero lo publica Ediciones B, heredera del fondo Bruguera, en noviembre de 1992, intentando reverdecer viejos laureles del éxito pretérito, con un único álbum en la colección Olé! dedicado a los Pitufos: el mítico "La flauta de los Pitufos. Por otro lado, en 1999, la editorial Norma hace lo propio, reeditando el mismo álbum, también en versión en catalán, con la que mantuvo el mismo nombre que la serie llevó en su etapa de Cavall Fort (Jan i Trencapins). Finalmente, Planeta De Agostini cierra el círculo publicando de nuevo la misma aventura en 2006. El álbum formó parte de una colección en tapa dura dedicada a los Pitufos, siendo el segundo álbum el único en el que aparecen los protagonistas de la serie que nos ocupa:

- La flauta de los Pitufos (Olé! nº 10, Ediciones B, XI/1992)
- La flauta de de los Pitufos / La flauta delsl Barrufets (Norma, 1999)
- La flauta de los Pitufos (Planeta De Agostini, nº 2, 2006)

  A partir de 2012, seis décadas después del ingreso de Peyo en Dupuis y de la primera publicación del primer álbum de la serie, se produce un resurgimiento de la misma en nuestro país: las editoriales Base y Dolmen deciden publicar sendas ediciones integrales. Base lo hace en catalán, comenzando por el noveno álbum de la serie, intentando dar prioridad a los álbumes menos conocidos por los lectores, especialmente los cuatro realizados tras la muerte de Peyo, mientras que Dolmen publica su integral en castellano, también empezando por un álbumes postreros (décimo y undécimo respectivamente):

- El senyor de Basenhau (Base, nº 1, 30/III/2015) / El señor de Basenhau (Dolmen, Volumen nº 1, VIII/2014)
- L’usurpador de Rocafort (Base, nº 2, 30/III/2015) / El usurpador de Bellobosque (Dolmen, Vol. 1, VIII/2014)
- El follet del bosc (Base, nº 3, 27/II/2015) / El duende del bosque (Dolmen, Volumen nº 1, VIII/2014)
- La pedra de lluna (Base, nº 4, 27/II/2015) / La piedra de la Luna (Dolmen, Volumen nº 2, V/2014)
- El jurament dels vikings (Base, nº 5, 1/X/2014) / El juramento vikingo (Dolmen, Volumen nº 2, V/2014)
- La Font dels deus (Base, nº 6, 4/VII/2014) / La fuente de los dioses (Dolmen, Volumen nº 2, V/2014)
- La fletxa negra (Base, nº 7, 1/III/2014) / La flecha negra (Dolmen, Volumen nº 3, I/2014)
- El senyor de Montresor (Base, nº 8, 1/III/2014) / El señor de Pikodoro (Dolmen, Volumen nº 3, I/2014)
- La flauta dels sis Barrufets (Base, nº 9, II/2012) / La flauta de seis pitufos (Dolmen, Volumen nº 3, I/2014)
- La guerra de les 7 fonts (Base, nº 10, 29/XI/2013) / La guerra de las siete fuentes (Dolmen, Vol. 4, VII/2013)
- L’Anell dels Castellac (Base, nº 11, IX/2013) / El anillo de los Castellac (Dolmen, Volumen nº 4, VII/2013)
- El país Maleït (Base, nº 12, III/2013) / El país maldito (Dolmen, Volumen nº 5, IX/2013)
- El sortilegi de Malveí (Base, nº 13, II/2013) / El sortilegio de Malasombra (Dolmen, Volumen nº 5, IX/2013)
- L’horda del Corb (Base, nº 14, II/2013) / La hora del cuervo (Dolmen, Volumen nº 6, XII/2014)
- Els trobadors de Rocafort (Base, nº 15, 2012) / Los trovadores de Rocafort (Dolmen, Volumen nº 6, XII/2014)
- La Nit dels Bruixots (Base, nº 16, 2012) / La noche de los magos (Dolmen, Volumen nº 7, IV/2015)
- La Rosa del Desert (Base, nº 17, 2012) / La rosa del desierto (Dolmen, Volumen nº 7, IV/2015)


Izda: Portada de Els Trobadors de Rocafort (Base, nº 15, 2012)
Dcha: Portada Integral Johan y Pirluit Vol. 4 (Dolmen, VII/2013)

El integral de Dolmen incluyó, además, varias historietas cortas y tiras de la serie realizadas por Peyo:

- Johan - Tira nº 1 (La Derniére Heure, Volumen nº 1, VIII/2014)
- Johan - Tira nº 2 (La Derniére Heure, Volumen nº 1, VIII/2014)
- Johan - Tira nº 3 (La Derniére Heure, Volumen nº 1, VIII/2014)
- Una aventura de Johan - Primera aventura (Le Soir, Volumen nº 1, VIII/2014)
- Una nueva aventura de Johan - Segunda aventura (Le Soir, Volumen nº 1, VIII/2014)
- El dragón verde (Volumen 2, V/2014) - Realizada en 1955 para la revista Risque-Tout
- Enguerran el valiente (Volumen 2, V/2014)
- Sortilegios en el castillo (Volumen 2, V/2014)
- Nochebuena (Volumen 2, V/2014)
- Los mil escudos (Volumen 3, I/2014)
- Los Ángeles (Volumen 3, I/2014)
- Sin título - Secuencia de animación de Pirluit en viñetas (Vol. 4, VII/2013)
   Realizada para el especial veraniego de Spirou (1960).
- La estrella de Navidad (Vol. 5, IX/2013) - Publicada en el Spirou nº 2071 (22/XII/1977)
- Magicae Formulae (Vol. 5, IX/2013)  - Historieta publicitaria de OMO - Spirou 1572 (1968)
- QCQDMQCQD - Qu'est-ce qu'il dit, mais qu'est-ce qu'il dit? (Vol. 5, IX/2013) - Spirou nº 1354 (26/III/1964)
    Historieta con bocadillos en blanco que los lectores tenían que rellenar en un divertido concurso.


  Las historietas cortas El dragón verde, Enguerran el valiente, Sortilegios en el castillo y Nochebuena fueron publicadas en la revista Risque-Tout (el "journal du cran et de l'enthusiasme"), una revista efímera, pensada para el público adolescente, que se publicó entre el 24 de noviembre de 1955 y el primero de noviembre de 1956.


Portada de la revista Risque-Tout - Sortilegios en el castillo  (nº 22, 19/IV/1956)


Participación de Goscinny en el concurso QCQDMQCQD - Spirou  nº 1373 (6/VIII/1964)

 

Autor:

- Alfredo Sánchez Esteban

Agradecimientos:

- Fernando Ceballos Ilincheta
- Dafne Ruiz
- Carlos De Gregorio
- Alfons Moliné
- Barrufet
- Masinger Seta (por el documental de Peyo)

 

Bibliografía:

- Integral Johan & Pirluit (Dolmen, 2014) - Extras con textos de Carlos de Gregorio, Alfons Moliné (revisados por Emilio Hidalgo) y Hugues D'Ayez.

Documentales

-Ihttps://www.youtube.com/watch?v=Rx2KqpQhxKc&t=152s

Fuentes:

https://es.wikipedia.org/wiki/Peyo
https://fr.wikipedia.org/wiki/Peyo
http://www.ojodepez-fanzine.net/latiacomforo/viewtopic.php?t=1299&start=0
http://www.tcj.com/behind-the-blue-the-story-of-peyo/
https://thesmurfs101.weebly.com/the-history-of-peyo.html
https://www.bedetheque.com/serie-205-BD-Johan-et-Pirlouit.html
http://www.hiddeninthewoods.com/SCCIletters/Supplement_1_-_Peyo_dead.pdf
https://es.wikipedia.org/wiki/Johan_y_Pirluit
https://fr.wikipedia.org/wiki/Johan_et_Pirlouit
https://cavallfort.cat/qui-som/una-mica-dhistoria/
https://www.tebeosfera.com/1/Personaje/Johan/tebeografia.htm
https://www.tebeosfera.com/documentos/johan_y_pirlouit._los_descubridores_de_los_pitufos.html
https://www.tebeosfera.com/numeros/spirou_1979_mundis_-ardilla-_9.html
https://www.tebeosfera.com/colecciones/strong_1969_argos.html
https://www.tebeosfera.com/colecciones/cavall_fort_1961_scgvs_fcf_ecf.html
https://www.whakoom.com/comics/8ZH17/jan_i_trencapins/1
https://www.whakoom.com/ediciones/209151/spirou_ardilla-grapa_36_pp

https://llegim.ara.cat/llegim/cavall-fort-mantenir-cinc-personatges_1_2643674.html   
https://www.livreshebdo.fr/article/peyo-pere-fils-et-fille-une-famille-de-schtroumpfs
http://bdzoom.com/4090/patrimoine/le-coin-du-patrimoine-johan-et-pirlouit/
https://www.pinterest.fr/pin/407505466258855860/
https://www.plazzart.com/fr_FR/achat/bandes-dessinees/peyo-johan-et-pirlouit-homnibus-illustration-421966
https://gw.geneanet.org/rivallainf?lang=en&p=pierre+andre+gabriel&n=culliford+peyo
http://bluebuddies.com/cgi-bin/ultimatebb.cgi?ubb=get_topic;f=1;t=003295;p=0
http://generacionmampato.blogspot.com/2019/06/johan-y-pirluit-integral-1-peyo.html
https://www.mutualart.com/Artwork/Johan-et-Pirlouit--La-flute-a-six-schtro/D031E2863078D000
https://comicwiki.dk/wiki/Fil:Johan,_le_petit_page.jpg
http://www.ojodepez-fanzine.net/latiacomforo/viewtopic.php?t=10424&sid=05d95437bef92c5e305c20c25da0cb06
https://www.smurf.com/es/linea-temporal

https://www.lambiek.net/artists/p/peyo.htm
https://zoolemag.com/album-bd/johan-et-pirlouit/277693-12-le-pays-maudit
https://blogdesuperheroes.es/resenas-johan-y-pirluit-vol-5-el-pais-maldito-y-el-sortilegio-de-malasombra/
http://amrazgz.blogspot.com/2019/02/1952-johan-y-pirluit-peyo-1.html
https://bdoubliees.com/journalspirou/annees/1954.htm
https://bdoubliees.com/risquetout/annees/1956.htm
https://twitter.com/fotosdecomics/status/742410297311416321?lang=eu
https://zoolemag.com/album-bd/johan-et-pirlouit/38381-8-le-sire-de-montresor
https://www.actuabd.com/Integrales-et-beaux-livres-pour-commencer-l-annee-Dupuis-ou-la-passion-des-fac
https://bulles-de-bd.tumblr.com/post/183775194902/johan-et-pirlouit-t11-lanneau-des-castellac
https://www.zonanegativa.com/johan-y-pirluit-vol4-la-guerra-de-las-siete-fuentes-el-anillo-de-los-castellac/
https://www.zonanegativa.com/johan-y-pirluit-vol5-el-pais-maldito-el-sortilegio-de-malasombra/

https://vebuka.com/print/200324223753-e382e0c2dd57054a9ae00c69c5727a9d/Tome_04_-_Les_annes_Schtroumpfs

https://www.reddit.com/r/bandedessinee/comments/l3gmph/goscinny_morris_uderzo_peyo_franquin_roba_1970/
https://www.zonanegativa.com/johan-y-pirluit-vol3-la-flecha-negra-el-senor-de-pikodoro-la-flauta-de-seis-pitufos/



"En 1958, estaba de vacaciones por el mar, con Franquin y, ya en la mesa, comiendo,
le pedí que me pasase algo, pero no recordaba la palabra: '¡Pásame el... Pitufo!' .
Acababa de forjar un nuevo vocablo para designar una cosa, un chisme, un cachivache...
Él me respondió : 'Toma, aquí tienes el pitufo. ¡Cuando termines de pitufarlo, pitúfamelo!'.
Disfrutamos mucho pitufando durante los días que pasamos juntos,
convirtiéndose en un gag habitual entre nosotros."
Peyo

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