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Análisis teórico-crítico
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expresividad, comunicación no verbal y proporciones
Expresividad y comunicación no verbal
Las viñetas de Ibáñez gozan de una gran expresividad que podemos percibir en numerosos rasgos de los personajes: las narices son prominentes para buscar un efecto más cómico siguiendo la línea de otros muchos autores (Uderzo, Peyo, Vázquez...), las extremidades gesticulan a menudo expresando algún tipo de emoción (frío, tensión, nerviosismo...). Bocas, dientes, cejas, pestañas, "pelo", sudor, "mucosidades"... ayudan a complementar la emoción que Ibáñez quiera insuflar a cada personaje en cada viñeta.
Ibáñez no hace dibujos realistas por lo que las expresiones de sus personajes no podrán entrañar una gran complejidad. Esto también tiene su mérito ya que el dibujante consigue reproducir cualquier expresión jugando con sólo unos pocos elementos y sin caer en el detallismo. En "¡Dibújalos tú solito!" Ibáñez nos da algunas pistas a la hora de trabajar las expresiones de los personajes:
Ibáñez no hace dibujos realistas por lo que las expresiones de sus personajes no podrán entrañar una gran complejidad. Esto también tiene su mérito ya que el dibujante consigue reproducir cualquier expresión jugando con sólo unos pocos elementos y sin caer en el detallismo. En "¡Dibújalos tú solito!" Ibáñez nos da algunas pistas a la hora de trabajar las expresiones de los personajes:
"¡Dibújalos tú solito!" (2007)
La comunicación no verbal juega un papel importantísimo en la obra del dibujante. Se trata, como su propio nombre indica, de un proceso de comunicación por medio de mensajes sin palabras: signos, gestos, posturas (lenguaje corporal)... Ibáñez ha demostrado moverse en este campo como pez en el agua. Si bien en las primeras historietas utilizó recursos muy convencionales propios de la escuela Bruguera, con el tiempo los irá evolucionando notablemente:
Pulgarcitos 1402 y 1412 (1958)
El repertorio de gestos, posturas y expresiones faciales resulta tan rico en muchas de las viñetas del dibujante podrían interpretarse sin necesidad de leer los bocadillos:
"La elasticina" (1980)
La información que recibe el lector a través de las expresiones faciales es tremenda, casi subliminal, y lo más importante: se recibe de un sólo vistazo. Condición social (aristócratas, pueblerinos...), estado de ánimo (irritado, abatido, agresivo, alegre...), personalidad (vago, afeminado, crédulo, psicópata...), son sólo algunos ejemplos:
"La elasticina" y "Lo que el viento se dejó" (1980)
- Marqueses a la izquierda y pregonero del pueblo a la derecha -
- Marqueses a la izquierda y pregonero del pueblo a la derecha -
"La M.I.E.R." (1999), "Londres 2012" y "Seúl '88"
- Diversos caracteres -
"¡Dibújalos tú solito!" (2007)
- Estados de ánimo: nervioso, alegre, irritado, iracundo, sarcástico... -
"¡Dibújalos tú solito!" (2007)
"Hay un traidor en la T.I.A." (1983)
"El kamikaze Regúlez" (2006)
"Valor... ¡y al toro!" (1970)
"Operación: Bomba" (1972)
"¡Dibújalos tú solito!" (2007)
- Diversos caracteres -
"¡Dibújalos tú solito!" (2007)
- Estados de ánimo: nervioso, alegre, irritado, iracundo, sarcástico... -
Los golpes y contusiones, tan habituales en las historietas de Mortadelo y Filemón, se construyen de muy diversas formas: chichones, narices hinchadas, estrellitas alrededor del colodrillo, muelas que caen al suelo, mejillas inflamadas con una mano marcada, ojos semicerrados... Las heridas suelen venir representadas a través de unas narices negras goteando sangre, bocas desdentadas, piernas o brazos escayolados... mientras que los mareos vienen acompañados de circulitos o líneas cinéticas en forma de aros alrededor de la cabeza.
"¡Dibújalos tú solito!" (2007)
Existen algunos paralelismos con algunos gags propios del cine de animación: si un objeto pesado cae sobre algún personaje éste termina aplanado, si otro es víctima de una explosión o de un incendio Ibáñez lo dibuja carbonizado. Los personajes que mueren ascienden al cielo convertidos en ángel, los naúfragos se dibujan harapientos, si un personaje cae a la calle desde una altura considerable producirá un boquete en el pavimento. Si, por el contrario, choca con violencia contra una pared, su cuerpo atravesará el tabique recortando su silueta en los ladrillos...
"Hay un traidor en la T.I.A." (1983)
"El kamikaze Regúlez" (2006)
"Valor... ¡y al toro!" (1970)
"Operación: Bomba" (1972)
Los disfraces de Mortadelo también ayudan notablemente a identificar el estado de ánimo del personaje, a veces incluso en sentido literal: se escabulle como una lagartija, se monda como una patata, huye asustado como una gallina o esconde la cabeza como un avestruz.
"¡Dibújalos tú solito!" (2007)
La expresividad gestual o no verbal se logra no sólo con el rostro (la parte más expresiva del ser humano) sino también con las manos, los brazos, las piernas y los pies. Una vez más, en "¡Dibújalos tú solito!" Ibáñez nos regala unas cuantas muestras de cómo transmitir mensajes no verbales a través de manos y pies:
"¡Dibújalos tú solito!" (2007)
"¡Dibújalos tú solito!" (2007)
En cuanto a las proporciones de los personajes, quedan también definidas en su libro "¡Dibújalos tú solito!". Mortadelo, el más alto de todos, tiene una proporción de seis cabezas:
"¡Dibújalos tú solito!" (2007)
Filemón, más bajito que su compañero, tiene una proporción aproximada de cinco cabezas. Las proporciones son una referencia pero, evidentemente, a estas alturas de la vida el dibujante no necesita calcularlas cada vez que se pone a abocetar a sus personajes. Su experiencia le permite dibujarlos al vuelo manteniendo dichas proporciones.
"¡Dibújalos tú solito!" (2007)
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