Durante poco más de una década Ibáñez sólo creará historietas cortas y se apoyará principalmente en los recursos ya mencionados en el anterior capítulo a la hora crear los gags. Las aventuras cortas no tardarán en  serializarse dando lugar a dos historietas largas centradas en la temática de la "caza del caco" en los que Ibáñez utiliza a menudo la confusión verbal, persecuciones y golpes tras un maleante para desatar la risa.
 

"Agencia de Información" ( (31/I/1972)
 

   A partir del 27 de enero de 1969, comienza a publicarse en la revista "Gran Pulgarcito" la primera historieta larga de los agentes: "El sulfato atómico". Con ella el humor de Ibáñez también sufrirá una metamorfosis. La introducción de nuevos personajes (el "Súper" y el profesor Bacterio) y la creación de la T.I.A. dará un giro argumental a las aventuras, que abandonarán el viejo modelo detectivesco y pasarán a un nuevo modelo de agentes secretos, muy popular en aquel entonces (James Bond, Superagente 86...). A lo largo de estas primeras aventuras largas Ibáñez ambientará cada episodio en una localización diferente desarrollándose muchas veces los gags a partir elementos propios de cada sitio. Tocará nuevas "teclas" que se saldrán de las convencionales que tanto había utilizado hasta entonces: objetos que cambian de tamaño, "cambiazos" de objetos...

 

"El Sulfato atómico" (I/1969)


"El Sulfato atómico" (I/1969)
 

   La inclusión del profesor Bacterio en estas historietas dará pie a la aparición de nuevos gags centrados en sus fracasados inventos. Podríamos considerar estos gags como "running-gags" o gags recurrentes ya que aparecerán contínuamente a lo largo de toda la obra de Ibáñez no sólo de manera aislada sino incluso como eje argumental de toda una aventura ("Los inventos del profesor Bacterio"):
 

"Contra el gang del Chicharrón" (VII/1969)

   De entre estos gags, quizá el más recurrente sea, en concreto, el que aparece habitualmente en las primeras páginas de cada aventura cuando el Súper propone a los agentes poner a prueba algún nuevo invento del Bacterio. Estos, escarmentados de la experiencia, huirán hasta los lugares más remotos del planeta (el polo Norte, la cúspide de la Torre Eiffel o la estatua de la Libertad, la selva amazónica...¡e incluso a otros planetas!). Sucederá, de hecho, algo similar cada vez que a los agentes se les proponga alguna misión peligrosa, siendo traídos hasta las dependencias de la T.I.A. por otros agentes de la organización:
 

"La estatua de la Libertad" (1983-84)

   En esta nueva etapa sería un pecado no mencionar los gags relacionados con las entradas secretas, tan propias de los agentes secretos, que Ibáñez introduce tanto en las historietas largas como en las cortas. Casi siempre algún transeúnte sorprenderá a los agentes en plena "faena" pero nunca será capaz de acceder por sí mismo al pasaje secreto que da acceso a la organización.

 

  
"El cascote de otro mundo" (18/XII/1972)

   El acceso a dichas entradas pasará por activar algún mecanismo o en pronunciar alguna contraseña que, en la mayoría de los casos, será un gracioso pareado  ("Los tipos que fuman puro tienen cara de canguro", "Me agradan los pajarillos con salsa de pepinillos"...) que casi siempre acarreará algún problema para los agentes:

 

"Pruebas de aptitud" (9/VIII/1971)

   En resumen, en esta primera transición encontraremos que Ibáñez complementará su ya conocido repertorio de gags con otros nuevos centrados principalmente en:

- "Cambiazos" de objetos
- Inventos fallidos del profesor Bacterio
- Huída de los agentes al proponérseles probar dichos inventos o acometer alguna misión peligrosa
- Objetos que cambian de tamaño
- Entradas secretas
- Contraseñas para acceder a dichas entradas secretas

 

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