A partir del
año 2000 las aventuras comienzan a seguir determinados esquemas repetitivos (los argumentos, las aventuras de olimpiadas, los mundiales...). Se percibe un cierto
agotamiento tanto
estilístico como
argumental. A pesar de todo existen aún algunas
excepciones en las que Ibáñez "salva los muebles": "
La sirenita" (2000), "
La vuelta" (2000)", "
Misión Triunfo" (2002), "
Los vikingos" (2001) "
Mortadelo de la Mancha" (2005), "
¡Y van cincuenta tacos!" (2008) y "
Venganza cincuentona" (2008). También hay un ligero cambio en las proporciones de los personajes, que resultan algo
anquilosados y con una cabeza más grande respecto al tamaño del cuerpo.
"La sirenita" (2000) - Considerada una de las
mejores aventuras de esta última etapa
En 2004 Ibáñez protagonizó, como ya comentamos, una de las aventuras ("Rapto Tremendo") en la que es secuestrado y los agentes tienen que rescatarle. A pesar de que Ibáñez trata de ser original con esta aventura, algunos de los gags que en ella aparecen son ya recurrentes y aparecen en otras aventuras ("Concurso Oposición", "El pinchazo telefónico" o "Mundial 82").
Rapto Tremendo (2004) - Aventura protagonizada por Ibáñez
También llama la atención la aventura "Bajo el Bramido del Trueno" (2007) muy peculiar porque Ibáñez dió rienda suelta a su imaginación y en la que podremos ser testigos de algunas escenas subidas de tono entre Mortadelo y Sigrid. El cómic mezcla además los dibujos de Mortadelo con otros del Capitán Trueno y sus compañeros recortados de otras historietas que se insertan en la trama. La aventura divide a los aficionados: o se odia o se ama.
"Bajo el bramido del Trueno" (2007)
En cuanto a las
portadas, en esta última etapa van a entrar en
declive y poco a poco van
perdiendo la fuerza del pasado. Se van volviendo cada vez
menos detalladas,
repetitivas y
simples, quizá por
falta de inspiración. Ibáñez ha pasado ya la barrera de los
setenta años y eso se nota también en las portadas.
Londres 2012 - OLE 194 (2013)
La portada muestra un claro declive gráfico
(menos detalles) así como en el gag
Todo ello no resta un ápice el
tremendo mérito de Ibáñez por su capacidad para estar toda una vida al pie del cañón manteniendo a sus personajes en activo durante más de medio siglo (¡
55 años ya!) y en contacto permanente con sus lectores más incondicionales.
